"Todo es arquitectura" | Muere Hans Hollein | José-Pablo Jofré

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Publicat el dissabte 26 d’abril del 2014 al ABC

Arquitecto visionario, planteó cuestiones fundamentales sobre el espacioPublicado el sábado 26 de abril del 2014 el el ABC

Arquitecto visionario, planteó cuestiones fundamentales sobre el espacio

Tras una larga enfermedad ha muerto en Viena el arquitecto austriaco Hans Hollein. Así lo ha comunicado un portavoz de la familia del premio Pritzker 1985 –el más importante de la arquitectura contemporánea–. Con ochenta años recién cumplidos, Hollein fue uno de los arquitectos austriacos más internacionales. En su

Viena natal fue el responsable de la remodelación del Museo Albertina y de los diseños del Hotel Hilton, de la escuela Köhlergasse, y de los edificios Haas y Retti, entre otros; en Alemania es conocido por su Museo de Arte Moderno de Fráncfort y por la embajada de Austria en Berlín. En nuestro país, fue el responsable de la remodelación del edificio que ocupa el Banco Santander en el Paseo de la Castellana de Madrid.

Hollein no solo se destacó como un reconocido arquitecto, sino que como diseñador teatral, de muebles y de joyas, así como académico y director de importantes eventos artísticos como la bienal de arquitectura de Venecia (1996). Fue un arquitecto renovador que usó como eslogan creativo «Todo es arquitectura». Según ha comentado Dietmar Steiner –director del Centro de arquitectura de Viena– el día de su muerte, «Hans Hollein es desde hace sesenta años el arquitecto internacional más influyente e importante de Austria. Ha contribuido al desarrollo de la arquitectura como ningún otro arquitecto austríaco».

Licenciado por la Academia de Bellas Artes de la capital austríaca en 1956, Hollein siguió su formación en el Instituto de Tecnología de Illinois, en Chicago (EEE.UU.) y en 1960 completó su estudios de arquitectura en la Universidad de California, donde coincidió con otros grandes artistas como Mies van der Rohe y Frank Lloyd Wright. Opositor al funcionalismo arquitectónico, Hollein se interesó por los espacios más bien pequeños como la joyería Schullin de Viena (1972) y varias boutiques de lujo de Nueva York.

Fuera de Europa, Hollein ha dejado su huella en la Galería Richard Feigen de Nueva York, el Museo de Cristal de Teherán, las torres Sea Mio en Taiwán o las Torres Pezet 515 e Interbank en Lima. Por sus diseños arquitectónicos recibió el Gran Premio Estatal de Austria (1983) y se le considera el arquitecto austríaco más relevante de la segunda mitad del siglo XX. Luego de inaugurar su propio estudio de arquitectura en Viena en 1964, ocupó varios cargos de planificación urbanística, así como la presidencia del Senado por las Artes de Austria. El fallecido arquitecto fue un visionario y teórico de la arquitectura que planteó en sus bocetos, instalaciones o esculturas cuestiones fundamentales sobre el espacio y la construcción.

Hollein deja dos hijos: Max –director de la Schirn Kunsthalle de Fráncfort– y Lilla, directora de la Vienna Design Week. El Museo de Arte Moderno de Viena (MAK) inaugurará el próximo 25 de junio una retrospectiva sobre el trabajo de Hollein, que tras su muerte servirá de homenaje póstumo.

Tras una larga enfermedad ha muerto en Viena el arquitecto austriaco Hans Hollein. Así lo ha comunicado un portavoz de la familia del premio Pritzker 1985 –el más importante de la arquitectura contemporánea–. Con ochenta años recién cumplidos, Hollein fue uno de los arquitectos austriacos más internacionales. En su

Viena natal fue el responsable de la remodelación del Museo Albertina y de los diseños del Hotel Hilton, de la escuela Köhlergasse, y de los edificios Haas y Retti, entre otros; en Alemania es conocido por su Museo de Arte Moderno de Fráncfort y por la embajada de Austria en Berlín. En nuestro país, fue el responsable de la remodelación del edificio que ocupa el Banco Santander en el Paseo de la Castellana de Madrid.

Hollein no solo se destacó como un reconocido arquitecto, sino que como diseñador teatral, de muebles y de joyas, así como académico y director de importantes eventos artísticos como la bienal de arquitectura de Venecia (1996). Fue un arquitecto renovador que usó como eslogan creativo «Todo es arquitectura». Según ha comentado Dietmar Steiner –director del Centro de arquitectura de Viena– el día de su muerte, «Hans Hollein es desde hace sesenta años el arquitecto internacional más influyente e importante de Austria. Ha contribuido al desarrollo de la arquitectura como ningún otro arquitecto austríaco».

Licenciado por la Academia de Bellas Artes de la capital austríaca en 1956, Hollein siguió su formación en el Instituto de Tecnología de Illinois, en Chicago (EEE.UU.) y en 1960 completó su estudios de arquitectura en la Universidad de California, donde coincidió con otros grandes artistas como Mies van der Rohe y Frank Lloyd Wright. Opositor al funcionalismo arquitectónico, Hollein se interesó por los espacios más bien pequeños como la joyería Schullin de Viena (1972) y varias boutiques de lujo de Nueva York.

Fuera de Europa, Hollein ha dejado su huella en la Galería Richard Feigen de Nueva York, el Museo de Cristal de Teherán, las torres Sea Mio en Taiwán o las Torres Pezet 515 e Interbank en Lima. Por sus diseños arquitectónicos recibió el Gran Premio Estatal de Austria (1983) y se le considera el arquitecto austríaco más relevante de la segunda mitad del siglo XX. Luego de inaugurar su propio estudio de arquitectura en Viena en 1964, ocupó varios cargos de planificación urbanística, así como la presidencia del Senado por las Artes de Austria. El fallecido arquitecto fue un visionario y teórico de la arquitectura que planteó en sus bocetos, instalaciones o esculturas cuestiones fundamentales sobre el espacio y la construcción.

Hollein deja dos hijos: Max –director de la Schirn Kunsthalle de Fráncfort– y Lilla, directora de la Vienna Design Week. El Museo de Arte Moderno de Viena (MAK) inaugurará el próximo 25 de junio una retrospectiva sobre el trabajo de Hollein, que tras su muerte servirá de homenaje póstumo.