El Ayuntamiento organizará un concurso de ideas para renovar el modelo urbanístico
Publicado en La Vanguardia el 15 de septiembre de 2020 | Raul Montilla y Silvia Angulo
Barcelona no puede definir su nueva movilidad o imponer un nuevo modelo urbanístico a base de improvisación, de ideología ajena a la realidad y sin una reflexión previa consensuada que incorpore la visión del área o la región metropolitana porque, si no, todo queda en chapa y pintura o en un anuncio vacío. Este fue el contundente mensaje que, ayer por la tarde, le trasladaron los partidos de la oposición a la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, en el marco de la comisión municipal, en la que también fue preguntada por la voluntad del gobierno de renovar el plan Cerdà para incorporar algunos de los elementos que ahora abigarran el espacio público de forma permanente.
Los grupos –a excepción de ERC que optó por un papel crítico pero medido– coincidieron en denunciar que se quiera transformar la ciudad poniendo como excusa la actual pandemia. Y expusieron su temor a que se queden para siempre muchos de los elementos implantados en las aceras que, a su juicio, contribuyen a la confusión de los usuarios del espacio público, al caos circulatorio rodado cuando Barcelona siempre ha sido una ciudad en la que, relativamente ha sido fácil orientarse. La oposición también se quejó que muchos de estos elementos suman en la imagen de Barcelona como ciudad dejada y alimentan una estética “tercermundista”. Todos coinciden en señalar la necesidad de implantar medidas urgentes en época de pandemia, pero reclaman pensar a largo plazo.
“Necesitamos un acuerdo de ciudad”, reclamó el portavoz de JxCat, Jordi Martí, que defendió una propuesta de su grupo en esta línea. Los posconvergentes insistieron que si se tiene que abordar la transformación urbana de la ciudad esta ha de partir del acuerdo con el resto de partidos políticos, pero también ha de tener como origen la búsqueda del consenso con otras administraciones, colegios y asociaciones profesionales, escuelas de diseño, entidades vecinales…. “¿Qué tiene que ver el cambio climático con pintar aceras en la calzada o con instalar bancos de hormigón?”, preguntó el edil de JxCat.
La teniente de alcalde anunció, por su parte, la intención del Ayuntamiento de convocar un concurso de ideas para actualizar el plan Cerdà e introducir nuevos mecanismos que reduzcan el espacio que ahora ocupa el vehículo privado, para así disminuir los niveles de contaminación. Una iniciativa para la que será necesario el diálogo y una reflexión profunda que permita liderar este nuevo diseño urbano.
El portavoz de ERC, Jordi Coronas, aunque rechazó la idea de un pacto de ciudad –“solo sirven para la foto”, dijo–, sí apeló a conseguir mayorías. Más suave pero el mismo mensaje: que el gobierno municipal no puede hacerlo solo.
“Se hacen anuncios continuamente y ahora hacerlo de un nuevo plan Cerdà detrás del cual no sé si habrá algo”, apuntó, descreído, el concejal de Ciudadanos Celestino Corbacho, quien calificó el urbanismo táctico de simple desorden y abogó por incluir una visión metropolitana.
El consenso
Los grupos piden diálogo también con la sociedad civil para pactar las iniciativas
“Revisen las medidas. La ciudad se está convirtiendo en un tablero de parchís”, añadió el portavoz del PP, Óscar Ramírez. El líder de Barcelona pel Canvi, Manuel Valls, instó a establecer un diálogo y una reflexión conjunta sobre la intención de modificar el plan Cerdà para tener ciudades más verdes, pero señalo las actuales medidas de agenda “ideológica”. A su juicio, el mejor espacio para iniciar la transformación de Barcelona debe ser el área metropolitana.
Sanz se defendió de las críticas y recordó que el plan Cerdà se creó bajo conceptos de salubridad, justicia social y también vinculado a la clase trabajadora y que ahora en un momento de emergencia climática se debe actualizar. “No se trata de levantar las calles, sino reordenar los espacios”, aclaró a instancias de los grupos de la oposición. Afirmó que entiende que las iniciativas implantadas en el espacio público no agraden a todos, pero explicó que las new jersey ya existían antes que los comunes llegaran al gobierno. “Necesitamos un mobiliario diferente porque el que hay ahora ya no sirve. En Vic hace tiempo que utilizan los bancos de hormigón para separar la plataforma única”.
En este punto, también señaló que el Ayuntamiento está realizando un conjunto de actuaciones como la protección de los espacios frente a las escuelas, las supermanzanas en una ciudad densa e instó a los grupos de la oposición a participar de esta reflexión urbanístico. Tampoco descartó plantear en el gobierno del Área Metropolitana esta discusión para que sea incluida en el Plan Director Metropolitano (PDU).
La proposición planteada por JuntsxCat para reclamar un pacto de ciudad para impulsar un nuevo planeamiento urbanístico no salió adelante (fue clave la abstención de ERC), aunque la teniente de Urbanismo se comprometió a establecer un diálogo fluido con la oposición. La comparecencia de la teniente de alcalde de Urbanismo, se produjo, eso sí, después de que el caos urbanístico del gobierno de la alcaldesa Ada Colau, también condicionara la intervención de la concejal de Moviidad, la socialista Rosa Alarcón, citada por la oposición para dar cuenta de los cambios derivados de la pandemia.
Alarcón se defendió de los ataques de la oposición que tacharon de “caos” las políticas implantadas desde el inicio de la pandemia. Aseguró que la política de movilidad se empezará a discutir en breve con el resto de grupos en el marco del Plan de Movilidad Urbana antes de su aprobación inicial.
“Esperemos por el bien de esta ciudad que se impongan sus tesis en el gobierno municipal, aunque creo que esto no pasará”, llegó a apuntar Celestino Corbacho, quien exhibió varias veces una máxima: “El urbanismo es orden”. “Están desconstruyendo la ciudad”, señaló la concejal de JxCat, Francina Vila. “¿A dónde quieren llevar a la ciudad?”, preguntó. “No hacen más que generar problemas para los peatones y los conductores”, añadió.
La respuesta
Janet Sanz dice que en Vic desde hace tiempo usan los mismos bancos de hormigón
“Tienen una guerra particular contra el vehículo privado. Hablan de urbanismo táctico y realmente es ideológico. ¡No les preocupan ni los peatones ni las motos!”, sentenció el popular Óscar Ramírez.