Con el objetivo de responder a todas estas cuestiones, Arquitectes per l’Arquitectura ha organizado un debate en el Recinto Modernista de Sant Pau
Publicado en La Vanguardia el 18 de junio de 2024 | Anaïs Marti
¿Quién firma la faraónica obra del Espai Barça? ¿Por qué se ha elegido a una constructora como Limak? Y sobre todo, ¿qué respuestas tiene el FC Barcelona ante el poco peso de los arquitectos en la obra del futuro Spotify Camp Nou? Con el objetivo de responder a todas estas cuestiones, la asociación Arquitectes per l’Arquitectura, que preside Ramon Sanabria, organizó ayer en el recinto modernista de Sant Pau un debate. Recordaron que el Camp Nou, que se construyó en tiempos del presidente Francesc Miró-Sans, optó por un equipo de arquitectos liderado por Francesc Mitjans para realizar el mejor estadio de la época, emblemático para la ciudad. Un plan muy distinto al actual en el que las ingenierías tienen mucho más peso.
La licencia de obras inicial que consiguió el Barça corresponde al proyecto que ganaron en el 2016 el equipo formado por Joan Pascual- Ramon Ausió Arquitectes y el despacho de arquitectura japonés Nikken Sekkei. En el 2017 se unió el despacho b720 Fermín Vázquez Arquitectos. Los acuerdos se sellaron bajo el mandato del expresidente Josep Maria Bartomeu.
En los últimos años, bajo la presidencia de Joan Laporta, se realizó una revisión del proyecto que implicó la integración de IDOM, una consultoría de ingenieros arquitectónicos en el equipo de diseño. IDOM, junto a Nikken Sekkei y B720, completaron el proyecto básico avanzado, la fase previa al proceso de licitación de la construcción del nuevo Spotify Camp Nou, fase en la que debían adjudicarse las obras.
En el 2022, el club adjudicó a la UTE formada por las empresas catalanas Torrella Arquitectura-Ingeniería y JG Ingenieros la dirección de la fase de construcción del proyecto bajo el diseño elegido en 2016. Y en enero del 2023, el Barça anunció que la constructora turca Limak llevaría a cabo las obras. Para financiarlas, el club cerró un acuerdo de 1.450 millones de euros con un total de veinte inversores. Limak calculó un precio máximo de 900 millones.
En el debate, moderado por Llàtzer Moix, periodista y exsubdirector del diario La Vanguardia, participaron en el lado barcelonista la vicepresidenta institucional Elena Fort y Lluís Moya, arquitecto y director de la Oficina Técnica del Barcelona. Fort defendió que la elección de Limak se produjo porque, aunque el presupuesto ejecutivo de la obra era el más elevado, respetaban el tiempo y los costes. Incluso lo recortaron. También convenció a la directiva la partida destinada a las contingencias, la más baja de todas las propuestas que recibieron. Fort añadió que las otras dos propuestas de las constructoras españolas no cumplían ni en costes ni en tiempo el proyecto aprobado por la consultoría IDOM. Una de ellas incluso calculaba nueve años de obras, algo que el club no se puede permitir.
Sobre cómo se devolverá el crédito y sobre la reputación de Limak, preguntaron Gabriel Masfurroll, empresario y exdirectivo del FC Barcelona. También el arquitecto Oscar Tusquets, ambos en el estrado. Se unieron a las cuestiones finales la abogada Montserrat Pinyol o el arquitecto argentino Mario Corea, cuyo despacho está construyendo el nuevo estadio de Newell’s. Se preguntaron quién firmaba la obra y el porqué el Barça había apostado por un despacho de ingeniería y arquitectura como Torrella e Ingenieros que, a su entender, no responden a un perfil 100% arquitectónico. Las obras, según explicó Lluís Moya, las firma Fedde Huistra, arquitecto y director del área de arquitectura de Torrella Ingeniería. En la sala había unos 50 arquitectos o expertos en la materia. Pocos le conocían.
¿Y dónde quedó Nikken Sekkei? Siguieron como consejeros de las obras y trabajaron en la redacción del proyecto ejecutivo. Pero finalmente se desvincularon porque consideraron que no habían recibido la suficiente confianza.