La rehabilitación ahora no es rigurosa ni rentable, pero la arquitectura puede aportar eficiencia a esta actividad.
Publicado el martes 13 de enero de 2015 en EL ECONOMISTA
El sector de la arquitectura se ha visto duramente golpeado por la crisis del ladrillo. Tras siete años de práctica supervivencia, esta industria encuentra ahora en la rehabilitación eficiente de edificios un nicho de mercado que puede reanimar la actividad, sin embargo, Jordi Ludevid, presidente del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, asegura que para que el sector salga adelante hará falta también una reactivación de la obra nueva, imprescindible para que vuelva a revivir la demanda interna.
¿En qué situación se encuentra el sector de la arquitectura después de siete años de crisis?
Nuestro sector se ha visto gravísimamente afectado por esta crisis. Tenemos un 60 por ciento de paro y nuestra facturación ha pasado en seis años de cien a diez. Es un impacto contundente y en muchos casos dramático. Hay muchos otros ciudadanos en España que han sufrido la crisis muy duramente, pero ningún sector más que el nuestro.
¿Qué oportunidades ofrece a los profesionales de la arquitectura la rehabilitación eficiente de inmuebles?
La rehabilitación era el pariente pobre de la construcción, nadie le prestaba mucha atención, sin embargo, la transformación de la profesión para intentar sobrevivir ha supuesto un interés muy significativo por los trabajos que se derivan de la rehabilitación. Esta actividad es sin duda alguna muy intensiva en empleo, en la creación de lugares de trabajos, incluso más que la obra nueva, ya que incluye labores que en alguna medida son artesanales y que suponen una mano de obra muy significativa. Por lo tanto, la rehabilitación podría contribuir a reducir el paro, no sólo de los arquitectos, sino de todo el sector.
Todo el mundo ve y habla de las ventajas que puede suponer la rehabilitación de un inmueble, sin embargo, no se está registrando de momento un aumento significativo de este tipo de actividades ¿Qué es lo que frena su desarrollo?
Uno de los problemas principales, que todavía no está bien resuelto, es el de la financiación. El año pasado se firmaron los convenios con las comunidades autónomas, que era una condición previa para las subvenciones y esto fue una buena noticia. Sin embargo, tenemos todavía algunos problemas para que fluya el crédito hacia las comunidades de propietarios, que es lo que de verdad va a hacer que se comience un proceso de rehabilitación generalizada en toda España. Hay algunos problemas técnicos relacionados con la morosidad y con las garantías de esos créditos en los que me consta que se está trabajando por parte de todos para poder superar estos obstáculos.
¿Están bien preparados los arquitectos españoles para llevar a cabo las labores específicas de remodelación para lograr ahorros?
Los profesionales en España reciben una muy buena formación, pero no tenemos cátedras de rehabilitación en las escuelas de arquitectura y deberíamos tenerlas, ya que este actividad es en sí misma un mundo especifico que hay que atender con rigor académico y con rigor metodológico profesional. Los arquitectos estamos ahora mismo aceleradamente reflexionando sobre si en España tenemos un buen método para rehabilitar o si por el contrario lo hacemos de cualquier manera. Un día pintamos una barandilla, al cabo de unos meses el ascensor y luego cambiamos la caldera y más tarde nos vamos a la azotea. Nos parece que esto no es una manera rigurosa, eficiente y por tanto, rentable de rehabilitar. Es mucho mejor una visión arquitectónica de la rehabilitación, que incluya una cierta planificación a partir de un diagnostico global del edificio en el que se va a intervenir. Tengamos mucho dinero o poco siempre es mejor planificar el esfuerzo que no actuar de cualquier manera. Ahora la arquitectura se ofrece como la disciplina eficiente para rehabilitar.
Hace dos años dijo que si el Gobierno no actuaba, en cinco años no habrá servicios de arquitectura en España. ¿Ha cambiado algo desdeque usted hizo esa afirmación? ¿Siguen en el mismo camino?
Estamos mal, efectivamente el tejido productivo de los servicios de arquitectura española estaba en peligro y sigue estándolo. Tenemos un tejido de empresa muy pequeña, auténticas pymes, de cinco o diez personas. Este tipo de empresas está ahora mismo muy amenazadas y, por tanto, necesitan sin duda una mejora de la economía y una reactivación del sector para sobrevivir. Es especialmente dramático, porque este tejido productivo es muy prestigioso en Europa. Ha tenido una formación excelente y además ha tenido la posibilidad extraordinaria durante 30 años de construir el capital fijo de una democracia. Eso es lo que hemos hecho en España los arquitectos, creando hospitales, calles, plazas, aeropuertos, consultorios, escuelas… todo es nuevo.
¿Qué actuaciones reclaman al Gobierno y en que están trabajando ahora para impulsar el sector?
Ahora mismo estamos centrados en el tema de los concursos. Necesitamos unas mejoras urgentes para dignificar el proceso de contratación pública, es una cuestión muy importante para la profesión y para la arquitectura, que necesitará un largo proceso de mejora. Estamos impulsando además la oficina de exportación de arquitectura española para dar respaldo a los profesionales que están en el extranjero. Por otro lado, trabajamos también para apoyar a los Colegios de Arquitectos, que están pasando por unos
momentos muy difíciles. En términos generales, la arquitectura española necesita ser reconocida como un objeto social importante.
¿Quién contrata ahora mismo a los arquitectos españoles?
Nos contratan poco, esa es la verdad. Con la crisis muchos compañeros se han reinventado y están dando clase en los institutos de secundaria, otros trabajan en empresas de diseño, de construcción o de promoción y se están especializando también en la mediación de conflictos urbanos y en el análisis de riesgos para las inversiones inmobiliarias, algo que harán muy bien, por que los arquitectos están preparados para anticipar el futuro.