Los arquitectos plantean la retirada del plan que está sobre la mesa para iniciar un debate amplio “abierto a toda la ciudadanía” porque entienden que el impacto de las obras en la ciudad y
en el urbanismo de Barcelona lo merece
Publicat a El País el 23 de gener de 2019
No se puede dar el visto bueno al plan urbanístico de la Sagrada Familia, para regularizar las obras, sin abordar el asunto más importante: cómo se afronta la expansión que pretende el templo por encima de la calle de Mallorca, algo que afectaría a 3.000 personas. Y tampoco construir, sin más, un voladizo de más de 50 metros de longitud y cinco de ancho en la fachada de la Glòria sobre esa misma calle. Son dos de los motivos de más peso por los que el Colegio de Arquitectos de Catalunya (COAC) insta al Ayuntamiento de Barcelona a que retire la planificación urbanística que tramita.
Los arquitectos plantean la retirada del plan que está sobre la mesa para iniciar un debate amplio “abierto a toda la ciudadanía” porque entienden que el impacto de las obras en la ciudad y
en el urbanismo de Barcelona lo merece. La petición se ha realizado en el escrito de alegaciones al plan urbanístico al que no solo se opone el COAC, sino también los vecinos del entorno y
expertos urbanistas que han presentado alegaciones a título particular. “No se puede diferir o aplazar a un futuro lo que se tenía que haber afrontado hace tiempo”, explica a este diario la
decana del COAC, Assumpció Puig.
Lo que se está tramitando son dos figuras urbanísticas para regularizar la alineación del templo en las obras de la calle de Provença —donde sobresaldrá del límite— y, la parte más importante, el Plan Especial Urbanístico Integral de la Sagrada Familia (PEUIA) que es el que da cobertura al acuerdo alcanzado por el Ayuntamiento y la Junta Constructora en octubre pasado. Ese acuerdo suponía, en resumen, la regularización de las obras —que nunca han pagado licencia ni han tenido permiso— a cambio de la contribución del templo con 3,6 millones de euros anuales a los gastos que ocasiona de mantenimiento a la ciudad y mejora de transporte. Para el COAC lo que se plantea no es suficiente porque “se limita a una parte muy concreta e insuficiente que no resuelve la continuidad del templo de la calle de Mallorca y desaprovecha la oportunidad de resolver definitivamente la solución”.
El plan de la Sagrada Familia es que el templo se expanda por encima de la calle de Mallorca con una escalinata para acceder a la puerta de la fachada de la Glòria que ya construyeron a cinco metros de altura, en parte para salvar la diferencia de cota.
Una entrada monumental que se justifica en unos dibujos que atribuyen a Gaudí, un extremo que no han demostrado más allá de sus propias interpretaciones.
El COAC tiene en cuenta que desde hace más de 40 años —cuando se aprobó el Plan General Metropolitano (PGM) de 1976— se afectó el tronco central de la calle de Mallorca, a la altura de la Sagrada Familia, hasta la de Aragó “una dimensión aproximada de 60 metros de ancho que supone más del 50% de dos manzanas del Eixample absolutamente consolidadas que llevan más de 40 años en un régimen transitorio”. “Creemos —prosigue el documento— que se tiene que afrontar esa transitoriedad de 40 años que afecta a las vidas de los barceloneses que viven y ejercen sus actividades”. Las alegaciones insisten en las repercusiones que tiene más allá del entorno estricto, en el conjunto de la ciudadanía incluso en temas como la convivencia.
El COAC insta a aclarar las etapas y autores de la Sagrada Familia. Otras alegaciones denuncian trato de favor a la iglesia por el Ayuntamiento
En relación a la argumentación del COAC, desde el consistorio se apunta: “la continuidad del proyecto con la escalinata de acceso a la fachada de la Glòria no es objeto del acuerdo de colaboración y, por tanto, no se desarrolla en los documentos”. “Nosotros no queremos avanzar ni opinar sobre cuál es la solución mejor, en lo que insistimos es en que es ahora cuando hay que afrontarlo porque las obras del templo estarán acabadas en 2026, ya que van muy deprisa”, añadía la decana al ser preguntada sobre si era partidaria de expropiar a los afectados de la calle de Mallorca.
Precisamente, las alegaciones presentadas por un letrado, y experto en urbanismo, abundan en ese dato: “Parece que en este caso, más que atender al interés general, el Ayuntamiento ha decidido dar trato de favor a la iglesia católica, representada por la Junta Constructora, permitiéndole continuar con las obras sin tener que pronunciarse respecto a la afectación de la calle de
Mallorca. Resulta evidente que la Junta Constructora pretende, con la complicidad municipal, continuar las obras sin hacerse cargo de las expropiaciones y del realojamiento de los afectados urbanísticos”. Ese letrado también apunta otro elemento: la inexistencia de un informe que aclare si el volumen de todo lo que falta por construir —las torres centrales que son las más altas— no tenga impacto en el túnel del AVE que discurre a escasos metros de la fachada de la Glòria de la calle de Mallorca. De hecho se construyó un muro pantalla entre los cimientos del templo y el túnel.
El COAC, en las alegaciones, plantea al Ayuntamiento su “colaboración proactiva y abierta a la pluralidad en todos los procesos participativos”. Como institución, se pronuncia en proyectos de ciudad o de territorio que se consideran de impacto general, como es el caso de la Sagrada Familia.
Las alegaciones de los arquitectos también se oponen a la construcción de un voladizo de más de 50 metros de largo, por cinco de profundo —llegaría al límite de la acera— y a 25 metros de altura
que arrancaría de la fachada de la Glòria sobre la calle de Mallorca: “En el Eixample no conocemos otros casos de elementos voladizos sobre la totalidad de la anchura de la acera y consideramos que una propuesta de esa magnitud tiene que ser mucho más estudiada”. Tal como explica el planeamiento que se tramita, ese primer voladizo se ampliaría a una profundidad de 10 metros para poder construir las columnas que sustentarían la escalinata de acceso a la puerta de la fachada de la Glòria. La decana apunta que una construcción de un elemento tan contundente como ese requeriría de la aprobación de un plan especial. Ese voladizo también es objeto de controversia en otras alegaciones que se han presentado.
Las alegaciones del COAC apuntan también que se debería aclarar la autoría de las diferentes fases de construcción del templo: “No es comprensible que la intervención de todos los arquitectos
no aparezca en la documentación. Podríamos citar nombres como Isidre Puig Boada, Lluís Bonet Garí, Joan Rubió i Bellver, Jordi Bonet i Armengol y Jordi Faulí”.
Los vecinos del entorno del templo también han presentado alegaciones. Son los más directamente afectados por las obras ya que muchas viviendas y negocios podrían verse en la tesitura de caer bajo la piqueta si se hace la rambla de acceso y las escalinatas por la calle de Mallorca. Una operación que supondría expropiar y realojar.
Protección para la fachada de Subirachs
Las alegaciones del Colegio de Arquitectos destacan que en la redacción de los documentos urbanísticos echan en falta un relato de la intervención del escultor Subirachs, autor de la fachada de la Passió, de la calle de Sardenya. Una omisión más destacable todavía ya que se apunta que la Generalitat está estudiando la declaración como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) de la citada fachada obra del artista catalán. En la actualidad, la única parte protegida —reconocida por la Unesco como patrimonio de la Humanidad— es la original de Gaudí, la del Naixement.