Maestro de urbanistas

Maestro de urbanistas

Vivió el urbanismo como un campo de investigación ligado a la dimensión socioculturalVivió el urbanismo como un campo de investigación ligado a la dimensión sociocultural

Publicado el viernes, 19 de septiembre de 2014 en LA VANGUARDIA

Manuel Gausa | El fallecimiento de Bernardo Secchi deja un gran vacío en el ámbito de la reflexión y la concepción urbanas contemporáneas. Sus trabajos han constituido una referencia para muchos profesionales en el campo del urbanismo y podría considerarse su trayectoria docente, cultural y profesional como una lección constante de implicación, rigor y curiosidad intelectual, especialmente en el estudio de la ciudad y su evolución durante los últimos cuatro decenios.

Desde su prestigiosa cátedra de la IUAV de Venecia, Bernardo Secchi ha sido un maestro de arquitectos y urbanistas y, asimismo, un reconocido y galardonado profesional junto a su compañera y socia, Paola Vigano.

La importancia de Secchi arranca en los años setenta y se afianza con sus escritos y trabajos sobre las nuevas escalas de la ciudad y su dimensión territorial, apareciendo como uno de los referentes de la revista Casabella, dirigida por Gregotti a mediados de los ochenta.

Aunque la aproximación formal y analítica de la revista no iba a tardar en ser contestada desde otras propuestas editoriales más crítico-propositivas como las de Quaderns en Catalunya, los escritos de Secchi siempre trascendían la dimensión lírico-caligráfica o demasiado tipificada de la ciudad-modelo para proyectar una visión de largo alcance entre la ciudad tradicional y una nueva geografía de relaciones.

Posteriormente la propia evolución del autor y del estudio Secchi-Vigano iba a confirmar ese deseo de investigación cualitativa implicado con una investigación sensible y estructuradora a la vez, abierta a las nuevas escalas de la multiciudad, la importancia del paisaje, el estudio de los grandes sistemas estructuradores y su evolución en red y la nueva dimensión dinámica y estratégica de lo urbano.

Su visión del urbanismo como disciplina transversal y como campo de investigación asociada a la idea de laboratorio y a una dimensión sociocultural de la disciplina iba a enlazar con otras experiencias como las de Manuel de Solà-Morales en Catalunya, un entorno con el que tuvo no pocos intercambios, proyectos educativos y apoyos.

Aunque la visión de Bernardo Secchi siempre se movió entre la precisión disciplinar y la apertura creativa -no rehuyendo la seriedad académica- su curiosidad e interés le animaron a apoyar con generosidad líneas de búsqueda más experimentales.

En este sentido tanto las aventuras movilizadoras de los trabajos urbanos de Metápolis en los años noventa como la labor propositiva y científica del IAAC contaron siempre con su interés, apoyo y aliento, favoreciendo la presencia continua de estudiantes e investigadores interesados por las experiencias tanto renovadoras como innovadoras de la Barcelona multiciudad del cambio de siglo.

Secchi, como Ignasi o Manuel de Solà-Morales, fueron, en este sentido, maestros y estudiosos, instructores e inductores, generadores de ideas propias y favorecedores de ideas ajenas.

Por ello se hace más sentida su ausencia: la de una personalidad rigurosa, sensibilizada y generosa a la vez.

Foto de portada extraida de su biografía de zam.it

Publicado el viernes, 19 de septiembre de 2014 en LA VANGUARDIA

Manuel Gausa | El fallecimiento de Bernardo Secchi deja un gran vacío en el ámbito de la reflexión y la concepción urbanas contemporáneas. Sus trabajos han constituido una referencia para muchos profesionales en el campo del urbanismo y podría considerarse su trayectoria docente, cultural y profesional como una lección constante de implicación, rigor y curiosidad intelectual, especialmente en el estudio de la ciudad y su evolución durante los últimos cuatro decenios.

Desde su prestigiosa cátedra de la IUAV de Venecia, Bernardo Secchi ha sido un maestro de arquitectos y urbanistas y, asimismo, un reconocido y galardonado profesional junto a su compañera y socia, Paola Vigano.

La importancia de Secchi arranca en los años setenta y se afianza con sus escritos y trabajos sobre las nuevas escalas de la ciudad y su dimensión territorial, apareciendo como uno de los referentes de la revista Casabella, dirigida por Gregotti a mediados de los ochenta.

Aunque la aproximación formal y analítica de la revista no iba a tardar en ser contestada desde otras propuestas editoriales más crítico-propositivas como las de Quaderns en Catalunya, los escritos de Secchi siempre trascendían la dimensión lírico-caligráfica o demasiado tipificada de la ciudad-modelo para proyectar una visión de largo alcance entre la ciudad tradicional y una nueva geografía de relaciones.

Posteriormente la propia evolución del autor y del estudio Secchi-Vigano iba a confirmar ese deseo de investigación cualitativa implicado con una investigación sensible y estructuradora a la vez, abierta a las nuevas escalas de la multiciudad, la importancia del paisaje, el estudio de los grandes sistemas estructuradores y su evolución en red y la nueva dimensión dinámica y estratégica de lo urbano.

Su visión del urbanismo como disciplina transversal y como campo de investigación asociada a la idea de laboratorio y a una dimensión sociocultural de la disciplina iba a enlazar con otras experiencias como las de Manuel de Solà-Morales en Catalunya, un entorno con el que tuvo no pocos intercambios, proyectos educativos y apoyos.

Aunque la visión de Bernardo Secchi siempre se movió entre la precisión disciplinar y la apertura creativa -no rehuyendo la seriedad académica- su curiosidad e interés le animaron a apoyar con generosidad líneas de búsqueda más experimentales.

En este sentido tanto las aventuras movilizadoras de los trabajos urbanos de Metápolis en los años noventa como la labor propositiva y científica del IAAC contaron siempre con su interés, apoyo y aliento, favoreciendo la presencia continua de estudiantes e investigadores interesados por las experiencias tanto renovadoras como innovadoras de la Barcelona multiciudad del cambio de siglo.

Secchi, como Ignasi o Manuel de Solà-Morales, fueron, en este sentido, maestros y estudiosos, instructores e inductores, generadores de ideas propias y favorecedores de ideas ajenas.

Por ello se hace más sentida su ausencia: la de una personalidad rigurosa, sensibilizada y generosa a la vez.

Foto de portada extraida de su biografía de zam.it