Los arquitectos de la Central de Telefónica de la Vila Olímpica Jaume Bach (AxA) y Gabriel Mora (AxA), explican que el Plan Especial de la Vila Olímpica preveía la construcción de una serie “de edificios puerta”, a caballo entre el final del Eixample y la misma ordenación de la Vila Olímpica
Publicado en Tot Barcelona el 5 de octubre de 2024
Un edificio singular de la Vila Olímpica, la antigua Central de Telefónica, construida entre los años 1989-1992, se convertirá en viviendas de lujo. Según la información a la que ha tenido acceso el TOT Barcelona, la inmobiliaria Bonavista convertirá el inmueble en 20 pisos de alto standing. El proyecto, bautizado como Bonavista bridge, ha levantado mucha polémica en el barrio y la asociación de vecinos, que encabeza Jordi Giró, está en contra. El inmueble se encuentra en la avenida de Icaria, 136-140, con la calzada que pasa por debajo de él. Giró habla muy claro: “Es una agresión y un atraco al barrio. Cambiará la fisonomía de la Vila Olímpica”.
El planeamiento permite que en la finca se pueda construir vivienda, ha comprobado este medio en el Plan General Metropolitano (PGM) y han confirmado fuentes del distrito de Sant Martí. A pesar de que se hizo en la época olímpica y sus formas rectangulares y elípticas, unidas por un puente, hacen que destaque, el inmueble no está preservado. Al tratarse de una licencia de obras superior a los 2.500 m², el permiso se está tramitando desde el área de Urbanismo del Ayuntamiento.
Los vecinos, a la espera de ver el expediente del proyecto
La entidad vecinal considera que la Central de Telefónica forma parte de la identidad del barrio y se tendría que mantener tal como está, aunque se le den unos nueve usos. Giró explica que al enterarse del proyecto pidió información al consistorio. En una primera respuesta, se le comunicó que la promotora había pedido un cambio de uso y hacer vivienda. Ahora, está pendiente de tener acceso al expediente para conocer al por menor qué se hará. De entrada, por las imágenes que ha visto en el dosier promocional, el edificio podría crecer en volumetría, y el color metalizado de la fachada daría paso a un color madera. “Cambiará totalmente la imagen que tiene ahora y por las fotos, el puente ganará altura. Si no se sacan metros cuadrados de otro sitio, quiere decir que el edificio tendrá más volumetría”. Según Giró la Central de Telefónica, “es un edificio institucional, un edificio puerta de la Vila Olímpica. Es la segunda agresión en el barrio. La primera fue el macroalbergue juvenil que se hizo en otro inmueble singular, uno de los tres edificios puente, en la avenida de Icaria, 145″.
Tres edificios en uno solo
Bonavista plantea la transformación de la antigua Central de Telefónica como tres edificios diferentes: Prisma, Puente y Elipse, según los nombres que se les ha puesto. En el dosier promocional, la inmobiliaria dice que en el Edificio Prisma “los espacios exteriores se integran con las celosías para tamizar la luz y otorgar protección solar y privacidad” Y añade: “Cada vivienda se convierte en un refugio perfecto para descansar y disfrutar del entorno natural. Las habitaciones amplias y luminosas, con baños integrados, crean un ambiente que invita a relajarse y a desconectar”. En cuanto al Edificio Puente, la promotora destaca que las viviendas, “colgadas sobre el eje de la calle, ofrecen unas vistas únicas sin ningún obstáculo delante, y espacios para relajarse y disfrutar del clima mediterráneo”. Y, finalmente, del Edificio Elipse hace valer “sus formas curvadas y espacios exteriores generosos”, y señala que los pisos se distinguen por su diseño innovador y funcional “y brindan la oportunidad de disfrutar del entorno circundante desde la comodidad del hogar”.
Según el dosier de Bonavista, que aprovecha la celebración de la Copa América de vela para la promoción, la reforma del edificio la hará el despacho Batlle i Roig. El proyecto “conserva la estructura y esencia futurista del edificio original, convirtiéndolo en un nuevo punto de referencia de diseño y sostenibilidad que contribuye a revitalizar el tejido urbano barcelonés”. Con esta rehabilitación, la inmobiliaria afirma que el edificio recuperará “su espíritu innovador” y la arquitectura mediterránea quedará reflejada en el uso de materiales naturales como el estuco, la madera y el ladrillo, además del aprovechamiento de terrazas y la luz natural. De la reforma que se hará, la promotora destaca también, entre otros aspectos, los balcones y terrazas, concebidos como extensiones del interior de las viviendas, el gimnasio privado del sótano y una piscina y zona chillout con mucha vegetación. Y de las fachadas, dotadas de voladizas, cenadores y celosías, asegura que crearán “un escudo protector contra la radiación solar, reduciendo drásticamente el consumo de aire acondicionado en verano, mientras que el innovador sistema de aislamiento, que minimiza la pérdida de calor”, hará “el invierno más soportable”.
Sobre el proyecto, la asociación de vecinos de la Vila Olímpica recuerda que el nuevo edificio tendrá que reservar un 30% de la promoción a vivienda social -de hecho, se trata de una normativa que el gobierno de Jaume Collboni quiere revisar con Junts per Catalunya-Trias per Barcelona-, y considera que en la Vila Olímpica no se necesiten apartamentos de lujo. “No es Beverly Hills. Necesitamos vivienda para la gente del barrio”.
Los arquitectos originales no lo hicieron para usos residenciales
En la publicación Arquitecturacatalana.cat, los arquitectos de la Central de Telefónica de la Vila Olímpica, el despacho Bach-Mora, formado por Jaume Bach y Gabriel Mora, explica que el Plan Especial de la Vila Olímpica preveía la construcción de una serie “de edificios puerta”, a caballo entre el final del Eixample y la misma ordenación de la Vila Olímpica, junto al mar. Uno de estos edificios era la antigua central. Y de lo que se dice queda claro que son “edificaciones singulares, no destinadas a residencia, sino a actividades diversas como los servicios”.
Situada en la confluencia de la avenida Icaria con la calle Joan d’Àustria, la Central de Telefónica fue planteada “como la unión de dos cuerpos independientes, tanto en su sentido funcional como estético”, detallaron Bach-Mora a Arquitecturacatalana.cat. Los dos edificios “quedan unidos por un puente sobre la calle y un sótano común”. Y añaden: “El volumen de planta rectangular, prácticamente ciego, contiene los equipos y maquinaria telefónica, mientras que el elíptico y acristalado, las oficinas. El cuerpo prismático queda aplacado en piedra, con una fachada desplomada que se reprocha para conseguir más espacio interior. El elíptico se reviste de plancha ondulada de aluminio, adoptando esta geometría para conseguir esbeltez, porque tiene menor altura. La unión por encima de la calle contiene las rampas de comunicación y una sala polivalente de descanso con vistas a la montaña y en el mar”. Finalmente, los arquitectos subrayan que “ambas figuras crean una tensión formal interesante por lo que suponen estos edificios simbólicos de la Vila Olímpica, resolviendo el pesado problema iconográfico de un paso, puente o portal y ofreciendo una conveniente imagen de edificio público”.