¿No conocen a Curro Claret? Es el santo ignoto del diseño español.¿No conocen a Curro Claret? Es el santo ignoto del diseño español. El radical, el ingenuo, el optimista. En realidad, más que diseñador es alguien inquieto que proyecta. Ahora van y le dan un premio, el Ciutat de Barcelona, que seguro le trae al pairo. Una mancha en su inusual currículo, vean su web. No se me ocurre ningún creador a quien le pueda interesar menos la fama. El reconocimiento sí le gusta, el de Marta, Emili, Martín, los de Arrels o sus alumnos. Sus pocos diseños son obras maestras, algunos los titula Te necesitan, pues tú eres protagonista y no consumidor: una regadera que aprovecha el agua de lluvia, mejor que la del grifo, o un cucurucho doble de papel de diario que doblas tú mismo para poner las castañas e ir guardando las cáscaras. Una estructura básica para que los sin techo puedan atornillar trozos de muebles y sentarse o decorar una tienda de Camper. Unas escuadras para crear contenedores aprovechando las cajas de la basura. Como Ikea, pero gratis. Un cortador de pan, con agujeros y un embudo que lleva las migas al exterior para alimentar a los pájaros. También ha hecho el horrible florero Chapapote, mezcla de petróleo y cerámica que redime un material asesino como fuente de vida vegetal. O un banco de iglesia que se convierte en cama para dar hospitalidad de noche, que aprobaría el papa Francisco. Sus trabajos no generan royalties(de hecho, no sé de qué vive), pero han sido portada en TheWashington Post (aquí ni mu) y motivo de placer para quien los conoce. Alternativo sin ínfulas, de corazón fresco, es tímido pero muy picarón. Él nos reconcilia con una profesión a menudo pedante, ególatra y avida dollars.
Lamento mucho este premio, querido Curro. Algo habrás hecho mal, pero me consta que va a ser difícil que a estas alturas cambies. Para mí sigues siendo la supertía buena del diseño. Se te quiere. El radical, el ingenuo, el optimista. En realidad, más que diseñador es alguien inquieto que proyecta. Ahora van y le dan un premio, el Ciutat de Barcelona, que seguro le trae al pairo. Una mancha en su inusual currículo, vean su web. No se me ocurre ningún creador a quien le pueda interesar menos la fama. El reconocimiento sí le gusta, el de Marta, Emili, Martín, los de Arrels o sus alumnos. Sus pocos diseños son obras maestras, algunos los titula Te necesitan, pues tú eres protagonista y no consumidor: una regadera que aprovecha el agua de lluvia, mejor que la del grifo, o un cucurucho doble de papel de diario que doblas tú mismo para poner las castañas e ir guardando las cáscaras. Una estructura básica para que los sin techo puedan atornillar trozos de muebles y sentarse o decorar una tienda de Camper. Unas escuadras para crear contenedores aprovechando las cajas de la basura. Como Ikea, pero gratis. Un cortador de pan, con agujeros y un embudo que lleva las migas al exterior para alimentar a los pájaros. También ha hecho el horrible florero Chapapote, mezcla de petróleo y cerámica que redime un material asesino como fuente de vida vegetal. O un banco de iglesia que se convierte en cama para dar hospitalidad de noche, que aprobaría el papa Francisco. Sus trabajos no generan royalties(de hecho, no sé de qué vive), pero han sido portada en TheWashington Post (aquí ni mu) y motivo de placer para quien los conoce. Alternativo sin ínfulas, de corazón fresco, es tímido pero muy picarón. Él nos reconcilia con una profesión a menudo pedante, ególatra y avida dollars.
Lamento mucho este premio, querido Curro. Algo habrás hecho mal, pero me consta que va a ser difícil que a estas alturas cambies. Para mí sigues siendo la supertía buena del diseño. Se te quiere.