Un país que permite que 400.000 familias hayan sido echadas de su casa por la hipoteca es un país injusto. Pero un país que no se levanta contra la legalidad que permite que esa misma casa sea entregada después al banco malo por la mitad de su precio, es país de cobardes.
Fernando Ónega
Es compten en 350.000 els desnonaments des de que va començar la crisi, i és una xifra que creix cada dia. Davant d’aquesta realitat social, un grup de magistrats va elaborar un informe en el que es proposen mesures per canviar l’actual sistema de desnonaments, que el CGPJ (Consejo General del Poder Judicial) acaba de desestimar.
Considerem que és una situació dramàtica que exigeix un debat urgent entre tots els sectors de la societat, i al què els arquitectes tenim una especial proximitat, tractant-se d’un tema d’habitatge. Per aquesta raó obrim un nou apartat a la nostra web que servirà de plataforma oberta de debat. Adjuntem, a títol informatiu, el següent article:
El fiscal general pide que la ley del desahucio se adapte a la realidad social
Manolo Blasco
Las noticias de los últimos días son cada vez más alarmantes. Los desahucios llevan implícita la tragedia personal de aquellas personas, familias que sin poder hacer nada, se ven atrapadas en un callejón en el que entraron sin que alguien les hubiera explicado toda la letra pequeña. Hasta aquí la primera parte, tal vez la más importante, la que describe una a una, los más de ochocientos desahucios diarios.
Pero todos sabemos que en este caso hay segundas partes, y creo que con imaginación y empuje esta vez estas segundas deberían ser buenas.
El desahucio lleva implícito que una entidad financiera se hace con un bien que acaba en una cesta en la que se junta con otros provenientes o de situaciones similares o de promociones que nunca llegaron a su fin.
Estas entidades se ven obligadas por la falta de los recursos previstos a buscar ayuda directa, y a liquidar a cualquier precio esa cesta cada vez más llena de pisos y suelo, (activos tóxicos?). Es decir liquidación, en una infravalorada tasación, para que sea “atractiva” para un interesado comprador.
Mucho nos tememos que este “inversor” no esté pensando en renegociar la vuelta de aquellos a los que su falta de liquidez les impidió segir en la intención de cumplir con lo contratado. Por otra parte, un inversor debe cubrir sus riesgos con las expectativas de plusvalías, … de nuevo el panorama sigue oscuro. Es necesario que se regule una situación que administre social y cívicamente este patrimonio infravalorado.
Parece que los bancos que están actuando, legalmente, defendiendo sus intereses en defensa de sus accionistas, están dispuestos a poner este patrimonio en una nueva entidad, llamada BANCO MALO, que debería liquidar a la baja este producto e inyectarles el dinero que necesitasen estas entidades financieras para que sigan adelante en su papel dinamizador de la economía española, hasta aquí todo entendible.
Estamos por tanto ante un nuevo banco que si desde esta situación se encargase de administrar las deudas que sobre las viviendas decomisadas existen, podrían éstas ser renegociadas en forma de rentas a cuenta del valor del bien desahuciado. En definitiva, que este Banco Malo en este aspecto tenga un papel atractivo y dinámico, que sea un BANCO BUENO en el sentido cívico.
Si vamos más allá, este banco creo que va a ser el receptor del suelo, que le llega del inmenso valor especulativo que fue tomando y que en el fondo era la manera con la que la promoción evitaba liquidar los beneficios. Se seguía invirtiendo en forma de más suelo y esta continua operación lleva a la creciente necesidad, irreal, de suelo y su proceso urbanizador.
Hoy el banco se encontraría con una situación también muy ilusionante.
Jamás, desde la expulsión de los judíos en el S.XVI se encuentra alguien en la situación de disponer de un patrimonio con el que se pueda gestar un importante número de cambios en gran parte de un territorio en el que la deuda diluye o hasta hace desaparecer las líneas de competencias municipales, provinciales, autonómicas. La deuda sobre el suelo y sobre la vivienda no es política, ni independentista, es social y monetaria y en su conjunto urbana.
Disponer de un extenso almacén de suelo, puede ser interesante para abordar sobre todo operaciones de cambios y mejora en algunas o en muchas de nuestras ciudades.
Como decíamos antes si cuando se expulsó a los judíos y dejaron sus moradas en las ciudades españolas se pudo transformar estas ciudades, y sin embargo al día siguiente fueron ocupadas por nómadas cristianos, perdiéndose la oportunidad de mejorar un denso tejido medieval.
Habría que esperar a las transformaciones barrocas, en las que se introdujeran operaciones más ambiciosas con un profundo coste de su ejecución.
Hoy pensamos que este suelo, y estas viviendas, en manos de interesados fondos de inversión, darían al traste con la solución social y urbanística a muchos de nuestros actuales problemas.
Este BANCO MALO (BUENO) sería un ejemplo de gestor ilusionante, de nuevos campos de actividades, de búsqueda de transformaciones tipológicas, de avances en las técnicas rehabilitadoras, todo ello en contacto con un colectivo con ganas, el de los técnicos (arquitectos, aparejadores, ingenieros), a la expectativa igual que los centros de la investigación urbanística y arquitectónica como son las Universidades.
Hemos empezado por hablar de un problema concreto, y seguramente lo acotado de su horizonte, caso a caso, se puede ampliar y por tanto posibilitar su solución en un marco más amplio, convirtiendo además un grave problema en una nueva y distinta manera de afrontarlo.
Con nuevos recursos, que salen de los propios recursos, con imaginación y esfuerzo, con dedicación y tiempo, y con inteligencia, que no es otra cosa que relacionar los problemas con las soluciones.
Estamos deseando aportar nuestra experiencia de uno u otro modo a resolver los problemas de este país, y desde luego con más ilusión que los de otros lejanos lugares por muy exóticos e interesantes que nos parezcan.
Tudela, 6 de noviembre de 2012