Publicat el dissabte 17 de maig del 2014 a La Vanguardia
Los finalistas de los premios FAD 2014Publicado el sábado 17 de mayo del 2014 en La Vanguardia
Los finalistas de los premios FAD 2014
Con poco, hacer mucho. Con escasos recursos, lograr buena arquitectura. Esa es la ambición dominante entre los proyectos seleccionados como finalistas de los premios FAD 2014, que convocados por el Foment de les Arts i el Disseny se fallarán el próximo mes de julio. “Hemos querido distinguir la arquitectura que se acomoda e integra bien en su lugar, que no renuncia a experimentar sin desatender sus compromisos, que refleja su momento histórico. Un momento en el que los despachos producen quizás menos, pero tienen más tiempo para reflexionar”, dice Ramon Sanabria, presidente del jurado de la presente edición, a propósito de estas obras que constituyen una primera panorámica de la mejor arquitectura completada en la península Ibérica el año pasado.
“Hay crisis económica, pero no de talento”, decía Dani Freixes, que antecedió a Sanabria en el cargo, el año pasado. “Nos interesa la arquitectura que da respuesta ajustada a las necesidades reales de la sociedad”, decía en el 2012 Guillermo Vázquez Consuegra, predecesor de Freixes. Tras el exceso formal y el derroche económico que caracterizó la arquitectura más vistosa del primer decenio del siglo, los FAD siguen pues en la senda del posibilismo y la calidad. Este año han considerado 451 obras –el año pasado fueron 441, pero en el 2009 sumaron 567–, entre las que se han elegido 25 finalistas (once de arquitectura, seis de interiorismo, tres de ciudad ypaisaje y cinco correspondientes a intervenciones efímeras).
La selección de obras finalistas en el apartado de arquitectura incluye piezas barcelonesas de cierto volumen, como el Centre Cultural del Born (Enric Soria/ Rafael de Cáceres) o el Col·legi d’Economistes de Catalunya (Mercè Berengué/Miguel Roldán). Hay también escuelas, como la de Gafanha da Boa Hora (Antonio Portugal/Manuel Reis) en la localidad portuguesa de Vagoso el Centro de magisterio (Ramón Fernández-Alonso) en Granada. Pero la tipología dominante en esta selección es la de la vivienda, con obras como la Remonta sobre la casa de los padres (Carlos Ferrater) en L’Escala, la Casa Chao (Juan Creus/Covadonga Carrasco) en Corcubión, las Cases Pati (Ramon Bosch/Bet Capdeferro) en Celrà, las Viviendas para Realojo (Carlos Pereda/ Óscar Pérez) en Pamplona o la Casa da Severa (José Adriao) en Lisboa. Y hay, también, el Estudio del pintor Arranz-Bravo (Jordi Garcés/Daría de Seta/Anna Bonet) enBarcelona, y el ingenioso Recorrido peatonal (Falcao) en Lisboa. Se trata, pues, de una selección intergeneracional, en la que conviven algunos séniors de la arquitectura catalana con profesionales mucho más jóvenes. “Todos ellos, por el mero hecho de ser finalistas, son ya para nosotros ganadores”, dice Sanabria, que ha presidido un jurado integrado por Ángela García de Paredes, Marcos Catalán Alucha, Francesc Belart, Ricardo Bak GordonyEsther Brosa. Parece, en suma, clausurado por ahora el tiempo de las ciudades de las artes, de los grandes museos, de los enormes estadios y de obras públicas de gran escala. Su lugar lo ocupa la arquitectura posible, la destacada por los FAD, en cuya selección predominan las obras donde impera la contención, la atención al entorno urbano, la búsqueda tipológica, la relación entre lo preexistente y lo nuevo.
En el ámbito del interiorismo, el FAD ha seleccionado como finalistas dos trabajos de RCR, los del Mas del Vent en La Fosca y la Casa Entremurs en Olot, así como la Casa Aguirre (Sergio Martín/ Gabriel Carrascal) en Bayona, el Oak Showroom (Eugeni Bach/Anna Bach) en Barcelona, la Carnicería Germans Soler (Sarquella) en Celrà o la reforma del edificio de oficinas Alta Diagonal (Jordi Badia/BAAS) en la Diagonal de Barcelona.
A su vez, entre los finalistas a los FAD de ciudad y paisaje están el Valle trenzado (Grupo Aranea), el Baluard del Príncep (J. A. Martínez Lapeña/Elías Torres) en Palma de Mallorca y la Adecuación del cementerio de Robregordo (Manuel Royo).
Y, por último, los finalistas de los FAD para intervenciones efímeras son Between silence and light (Michela Mezzavilla/Roberto Eleuteri), Núvol daurat (Eduard Callís/Guillem Moliner), Mosca (Pau Sarquella/Carmen Torres), Wild furniture (Ariane Patouet/René Müller) y Crosswalk (Constance Sixt/Rafael Escobedo).
“Las condiciones de trabajo actuales son duras”, insiste Sanabria. “Pero la labor y el esfuerzo que se hace para superarlas y producir buena arquitectura –concluye– es impresionante”
VEURE FINALISTES I SELECCIONATS A LA WEB DELS PREMIS FAD AQUÍ
Con poco, hacer mucho. Con escasos recursos, lograr buena arquitectura. Esa es la ambición dominante entre los proyectos seleccionados como finalistas de los premios FAD 2014, que convocados por el Foment de les Arts i el Disseny se fallarán el próximo mes de julio. “Hemos querido distinguir la arquitectura que se acomoda e integra bien en su lugar, que no renuncia a experimentar sin desatender sus compromisos, que refleja su momento histórico. Un momento en el que los despachos producen quizás menos, pero tienen más tiempo para reflexionar”, dice Ramon Sanabria, presidente del jurado de la presente edición, a propósito de estas obras que constituyen una primera panorámica de la mejor arquitectura completada en la península Ibérica el año pasado.
“Hay crisis económica, pero no de talento”, decía Dani Freixes, que antecedió a Sanabria en el cargo, el año pasado. “Nos interesa la arquitectura que da respuesta ajustada a las necesidades reales de la sociedad”, decía en el 2012 Guillermo Vázquez Consuegra, predecesor de Freixes. Tras el exceso formal y el derroche económico que caracterizó la arquitectura más vistosa del primer decenio del siglo, los FAD siguen pues en la senda del posibilismo y la calidad. Este año han considerado 451 obras –el año pasado fueron 441, pero en el 2009 sumaron 567–, entre las que se han elegido 25 finalistas (once de arquitectura, seis de interiorismo, tres de ciudad ypaisaje y cinco correspondientes a intervenciones efímeras).
La selección de obras finalistas en el apartado de arquitectura incluye piezas barcelonesas de cierto volumen, como el Centre Cultural del Born (Enric Soria/ Rafael de Cáceres) o el Col·legi d’Economistes de Catalunya (Mercè Berengué/Miguel Roldán). Hay también escuelas, como la de Gafanha da Boa Hora (Antonio Portugal/Manuel Reis) en la localidad portuguesa de Vagoso el Centro de magisterio (Ramón Fernández-Alonso) en Granada. Pero la tipología dominante en esta selección es la de la vivienda, con obras como la Remonta sobre la casa de los padres (Carlos Ferrater) en L’Escala, la Casa Chao (Juan Creus/Covadonga Carrasco) en Corcubión, las Cases Pati (Ramon Bosch/Bet Capdeferro) en Celrà, las Viviendas para Realojo (Carlos Pereda/ Óscar Pérez) en Pamplona o la Casa da Severa (José Adriao) en Lisboa. Y hay, también, el Estudio del pintor Arranz-Bravo (Jordi Garcés/Daría de Seta/Anna Bonet) enBarcelona, y el ingenioso Recorrido peatonal (Falcao) en Lisboa. Se trata, pues, de una selección intergeneracional, en la que conviven algunos séniors de la arquitectura catalana con profesionales mucho más jóvenes. “Todos ellos, por el mero hecho de ser finalistas, son ya para nosotros ganadores”, dice Sanabria, que ha presidido un jurado integrado por Ángela García de Paredes, Marcos Catalán Alucha, Francesc Belart, Ricardo Bak GordonyEsther Brosa. Parece, en suma, clausurado por ahora el tiempo de las ciudades de las artes, de los grandes museos, de los enormes estadios y de obras públicas de gran escala. Su lugar lo ocupa la arquitectura posible, la destacada por los FAD, en cuya selección predominan las obras donde impera la contención, la atención al entorno urbano, la búsqueda tipológica, la relación entre lo preexistente y lo nuevo.
En el ámbito del interiorismo, el FAD ha seleccionado como finalistas dos trabajos de RCR, los del Mas del Vent en La Fosca y la Casa Entremurs en Olot, así como la Casa Aguirre (Sergio Martín/ Gabriel Carrascal) en Bayona, el Oak Showroom (Eugeni Bach/Anna Bach) en Barcelona, la Carnicería Germans Soler (Sarquella) en Celrà o la reforma del edificio de oficinas Alta Diagonal (Jordi Badia/BAAS) en la Diagonal de Barcelona.
A su vez, entre los finalistas a los FAD de ciudad y paisaje están el Valle trenzado (Grupo Aranea), el Baluard del Príncep (J. A. Martínez Lapeña/Elías Torres) en Palma de Mallorca y la Adecuación del cementerio de Robregordo (Manuel Royo).
Y, por último, los finalistas de los FAD para intervenciones efímeras son Between silence and light (Michela Mezzavilla/Roberto Eleuteri), Núvol daurat (Eduard Callís/Guillem Moliner), Mosca (Pau Sarquella/Carmen Torres), Wild furniture (Ariane Patouet/René Müller) y Crosswalk (Constance Sixt/Rafael Escobedo).
“Las condiciones de trabajo actuales son duras”, insiste Sanabria. “Pero la labor y el esfuerzo que se hace para superarlas y producir buena arquitectura –concluye– es impresionante”
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