El arquitecto, cabeza del equipo que diseñó el edficio del museo, muere a los 82 años en ValenciaEl arquitecto, cabeza del equipo que diseñó el edficio del museo, muere a los 82 años en Valencia
Publicado el jueves, 24 de julio del 2014 en LEVANTE – EL MERCANTIL VALENCIANO
ALFONS GARCIA | VALENCIA La arquitectura valenciana perdió ayer a uno de sus referentes, uno de los hombres que luchó en los años ochenta por sacar a la ciudad del gris y la mediocridad que la atenazaban. Pero sin caer en la tentación posmoderna de la arquitectura del espectáculo, que marcaría hitos poco después. Emilio Giménez Julián falleció ayer a los 82 años en Valencia, después de dos ictus que no pudo superar. Será incinerado las 17.45 de hoy en el tanatorio municipal.
El nombre de Emilio Giménez queda ligado al del IVAM, el museo que situó a Valencia en el panorama internacional del arte contemporáneo cuando no existían el Reina Sofía ni el Macba ni ningún otro autonómico. Proyectó el edificio junto a Carles Salvadores y un equipo de arquitectos más jóvenes, aunque «los conceptos básicos son de él», recordaba ayer Tomàs Llorens, primer director y alma mater del invento que se llamó IVAM.
El edificio se empezó a construir en 1987 y se inauguró en febrero de 1989. Más tarde, en el año 2000, Giménez ganaría junto a Julián Esteban Chapapría el concurso para su remodelación.
No fue casual la elección del lugar donde se levanta el museo, al final de la avenida de Guillem de Castro, en una esquina de un entonces peligrosamente degradado barrio del Carmen cuya revitalización era uno de los empeños de Giménez.
De Giménez y, mucho, de Juan José Estellés (Valencia, 1920 – 2012), el padre de toda una generación de arquitectos valencianos. Giménez fue vocal del Colegio de Arquitectos cuando Estellés era su decano y cuando la ciudad se replanteaba grandes derribos (como los de la avenida Barón de Cárcer). «Ambos tuvieron una actuación muy importante en ese momento con una apuesta muy seria por el patrimonio y la recuperación del centro urbano», apuntó ayer Alberto Peñín, exdecano del colegio.
Los colegas Estellés y Manuel Portaceli y el escultor Andreu Alfaro formarían la familia artística y sentimental de Giménez. Este proyectó el taller de Alfaro en Godella, un edificio que, según Llorens, representa un cierto punto de inflexión en la trayectoria del arquitecto, por ser más historicista y espectacular, para volver después a su línea organicista y austera.
«La sobriedad es la virtud del edificio del IVAM», añade Carles Dolç, veterano de la arquitectura valenciana. «Funciona muy bien».
Giménez arrancó su carrera al lado de uno de los grandes del siglo XX, José Antonio Coderch (Barcelona, 1913 – 1984), en cuyo taller catalán estuvo como ayudante un par de años. «Era su maestro más cercano, pero Emilio tenía un componente de más racionalidad y austeridad que Coderch», valoraba Llorens.
El importante legado de Giménez no es muy extenso. Además del IVAM y el taller de Alfaro, es autor de edificios de viviendas en la calle Artes Gráficas, en la avenida de Giorgeta y en Lluís de Santàngel, donde tenía su residencia. Firmó también la casa de Raimon en Xàbia y el edificio efímero de la Comunitat Valenciana en la Expo 92 de Sevilla.
El suyo no era un estudio de grandes dimensiones ni muchos ayudantes, también porque dedicó gran parte de su vida a la docencia: fue director del departamento de Proyectos de la Escuela de Arquitectura, Su actual director, Vicent Mas, alumno de Giménez, lo recordaba ayer como «uno de los profesores más destacados», con «gran repercusión en la ciudad y en todo el país». Con Llorens firmó además un artículo sobre el Cabanyal, fundamental en la defensa actual de la trama urbana del barrio.
— Desde AxA queremos dar nuestro más sentido pésame a los familiares y amigos de Emilio Giménez. —
Publicado el jueves, 24 de julio del 2014 en LEVANTE – EL MERCANTIL VALENCIANO
ALFONS GARCIA | VALENCIA La arquitectura valenciana perdió ayer a uno de sus referentes, uno de los hombres que luchó en los años ochenta por sacar a la ciudad del gris y la mediocridad que la atenazaban. Pero sin caer en la tentación posmoderna de la arquitectura del espectáculo, que marcaría hitos poco después. Emilio Giménez Julián falleció ayer a los 82 años en Valencia, después de dos ictus que no pudo superar. Será incinerado las 17.45 de hoy en el tanatorio municipal.
El nombre de Emilio Giménez queda ligado al del IVAM, el museo que situó a Valencia en el panorama internacional del arte contemporáneo cuando no existían el Reina Sofía ni el Macba ni ningún otro autonómico. Proyectó el edificio junto a Carles Salvadores y un equipo de arquitectos más jóvenes, aunque «los conceptos básicos son de él», recordaba ayer Tomàs Llorens, primer director y alma mater del invento que se llamó IVAM.
El edificio se empezó a construir en 1987 y se inauguró en febrero de 1989. Más tarde, en el año 2000, Giménez ganaría junto a Julián Esteban Chapapría el concurso para su remodelación.
No fue casual la elección del lugar donde se levanta el museo, al final de la avenida de Guillem de Castro, en una esquina de un entonces peligrosamente degradado barrio del Carmen cuya revitalización era uno de los empeños de Giménez.
De Giménez y, mucho, de Juan José Estellés (Valencia, 1920 – 2012), el padre de toda una generación de arquitectos valencianos. Giménez fue vocal del Colegio de Arquitectos cuando Estellés era su decano y cuando la ciudad se replanteaba grandes derribos (como los de la avenida Barón de Cárcer). «Ambos tuvieron una actuación muy importante en ese momento con una apuesta muy seria por el patrimonio y la recuperación del centro urbano», apuntó ayer Alberto Peñín, exdecano del colegio.
Los colegas Estellés y Manuel Portaceli y el escultor Andreu Alfaro formarían la familia artística y sentimental de Giménez. Este proyectó el taller de Alfaro en Godella, un edificio que, según Llorens, representa un cierto punto de inflexión en la trayectoria del arquitecto, por ser más historicista y espectacular, para volver después a su línea organicista y austera.
«La sobriedad es la virtud del edificio del IVAM», añade Carles Dolç, veterano de la arquitectura valenciana. «Funciona muy bien».
Giménez arrancó su carrera al lado de uno de los grandes del siglo XX, José Antonio Coderch (Barcelona, 1913 – 1984), en cuyo taller catalán estuvo como ayudante un par de años. «Era su maestro más cercano, pero Emilio tenía un componente de más racionalidad y austeridad que Coderch», valoraba Llorens.
El importante legado de Giménez no es muy extenso. Además del IVAM y el taller de Alfaro, es autor de edificios de viviendas en la calle Artes Gráficas, en la avenida de Giorgeta y en Lluís de Santàngel, donde tenía su residencia. Firmó también la casa de Raimon en Xàbia y el edificio efímero de la Comunitat Valenciana en la Expo 92 de Sevilla.
El suyo no era un estudio de grandes dimensiones ni muchos ayudantes, también porque dedicó gran parte de su vida a la docencia: fue director del departamento de Proyectos de la Escuela de Arquitectura, Su actual director, Vicent Mas, alumno de Giménez, lo recordaba ayer como «uno de los profesores más destacados», con «gran repercusión en la ciudad y en todo el país». Con Llorens firmó además un artículo sobre el Cabanyal, fundamental en la defensa actual de la trama urbana del barrio.
— Desde AxA queremos dar nuestro más sentido pésame a los familiares y amigos de Emilio Giménez. —