La villa de los artistas | Josep Playà Maset

La villa de los artistas | Josep Playà Maset

La casa de los Noailles en la Costa Azul vuelve a ser un centro cultural para jóvenes creadores y diseñadoresLa casa de los Noailles en la Costa Azul vuelve a ser un centro cultural para jóvenes creadores y diseñadores

Publicado el sábado 26 de julio de 2014 en LA VANGUARDIA

 

La película se titula Biceps & bijoux (bíceps y joyas). Empieza como un documental rodado en una lujosa casa particular, en una piscina cubierta rodeada de minibar y en un salón donde los invitados apuestan dinero a las cartas, y acaba siendo un thriller con robo de joyas incluido y con los mismos protagonistas, entre ellos la vizcondesa de Noailles o el príncipe Faucigny-Lucinge. El filme fue rodado por Jacques Manuel, en 1928, en la villa Noailles, de Hyères, cerca de Marsella.Y esa película es uno de los atractivos de los que se puede volver a disfrutar hoy en esta mansión, reabierta hace pocos años como centro de acogida a jóvenes creadores, como espacio de exposiciones y ahora en verano como sede del Design Parade, el Festival Internacional de Diseño.

La villa Noailles permite conocer a través de fotografías y documentos la relación de Charles y Marie-Laure de Noailles con pintores, músicos, escritores, cineastas e intelectuales europeos entre 1924 y 1970. El vizconde Charles de Noailles (1891-1981), bautizado por Salvador Dalí como “el representante más puro de la auténtica aristocracia de Europa”, se casó en 1923 con Marie-Laure Bischoffsheim (1902-1970), descendiente del marqués de Sade, nieta de la condesa de Chevigné, de la que Proust estuvo locamente enamorado, e hija de un banquero judío inmensamente rico. Los Noailles encargaron al arquitecto Robert Mallet- Stevens la construcción de una villa de estilo vanguardista en la colina de Saint Bernard, junto a Hyères. Y la convirtieron en 1925 en un complejo de 1.800 metros cuadrados edificados, con un hotel de 15 habitaciones incluido, cada una con su sala de baño propia, abierto a los artistas. La casa contaba además con piscina, squash, gimnasio y unmagnífico jardín de inspiración cubista diseñado por Gabriel Guévrékian, que llenaron de esculturas. Desgraciadamente, tras la muerte de Marie-Laure la casa se vendió y se perdieron parte de los muebles y la decoración más vanguardista, hoy sólo imaginable a través de las imágenes. En 1973 el Ayuntamiento de Hyères compró la casa, más tarde se declaró patrimonio protegido y empezó a restaurarse.

En la villa se filmaron parte de los escenarios de otras películas como Les mystères du château de Dé (1928), de Man Ray, Le Sang d’un Poète (1930), de Jean Cocteau, y L’âge d’or, de Buñuel y Dalí, las tres financiadas por los viscondes. Este mecenazgo con artistas les llevó a tener una impresionante colección con obras de Chagall, Braque, Gris, Léger, Derain, Chirico, Picasso… Luego vendría su interés por los surrealistas: Miró, Tanguy, Masson, Ernst, Dalí. Y más tarde Mondrian, Klee, cuyos cuadros se repartían entre sus diversas residencias. A Brancusi, Giacometti, LaurensyLipchitz les hicieron también encargos escultóricos para su jardín de Hyères. Pero su apoyo a la creación tiene muchas formas. Desde encargos concretos a sueldos mensuales repartidos con otros mecenas como en el caso de BalthusydeDalí (formaron parte del llamado Grupo del Zodiaco). Marie-Laure entregó su Zil, una limusina soviética de su colección, al escultor César para que hiciese su primera “compresión” (lo aplastó con una prensa hidráulica hasta convertirlo en un amasijo plano).

De Marie-Laure existe una larga serie de retratos, inaugurada por un dibujo de Picasso y continuada por Dalí, Dora Maar, Balthus, Giacometti, Fenosa, Valentine Hugo.Ypor los fotógrafos: Beaton, Brassaï, Doisneau, Man Ray, Horst… La mayoría de estos artistas pasaron por su villa.

Las amistades literarias fueron también numerosas. Desde Jean Cocteau, amigo de infancia de Marie- Laure, a Aldous Huxley, René Char, Pieyre de Mandiargues y… sobre todo los surrealistas: Breton, Crevel, Éluard. Su apoyo se materializó también en la compra de manuscritos, como Histoire de l’oeil, de Georges Bataille. En una foto de sus archivos, aparece Buñuel en Hyères con este libro, como un guiño a las influencias de L’âge d’or. Este mecenazgo les llevó también a comprar en 1929 el original de Las 120 jornadas de Sodoma y Gomorra, el escandaloso libro del marqués de Sade escrito en 1785 en la prisión de la Bastille, y a encargar una primera edición para bibliófilos y suscriptores. Más sorprendente es el apoyo de Noailles al Museo del Hombre de París y a la expedición de exploración etnográfica Dakar-Yibuti. Para recaudar fondos organizaron una cena con un combate de boxeo con el campeón del mundo Al Brown. Según nos cuenta el historiador Stephane Boudin-Lestienne, los Noailles pidieron en 1931 a Buñuel que siguiese esa expedición para hacer una película aunque sin éxito. Son sólo algunas de las historias que nos cuentan las paredes de esa villa.

 

Foto portada: Man Ray – extraido de la pagina web

Publicado el sábado 26 de julio de 2014 en LA VANGUARDIA

 

La película se titula Biceps & bijoux (bíceps y joyas). Empieza como un documental rodado en una lujosa casa particular, en una piscina cubierta rodeada de minibar y en un salón donde los invitados apuestan dinero a las cartas, y acaba siendo un thriller con robo de joyas incluido y con los mismos protagonistas, entre ellos la vizcondesa de Noailles o el príncipe Faucigny-Lucinge. El filme fue rodado por Jacques Manuel, en 1928, en la villa Noailles, de Hyères, cerca de Marsella.Y esa película es uno de los atractivos de los que se puede volver a disfrutar hoy en esta mansión, reabierta hace pocos años como centro de acogida a jóvenes creadores, como espacio de exposiciones y ahora en verano como sede del Design Parade, el Festival Internacional de Diseño.

La villa Noailles permite conocer a través de fotografías y documentos la relación de Charles y Marie-Laure de Noailles con pintores, músicos, escritores, cineastas e intelectuales europeos entre 1924 y 1970. El vizconde Charles de Noailles (1891-1981), bautizado por Salvador Dalí como “el representante más puro de la auténtica aristocracia de Europa”, se casó en 1923 con Marie-Laure Bischoffsheim (1902-1970), descendiente del marqués de Sade, nieta de la condesa de Chevigné, de la que Proust estuvo locamente enamorado, e hija de un banquero judío inmensamente rico. Los Noailles encargaron al arquitecto Robert Mallet- Stevens la construcción de una villa de estilo vanguardista en la colina de Saint Bernard, junto a Hyères. Y la convirtieron en 1925 en un complejo de 1.800 metros cuadrados edificados, con un hotel de 15 habitaciones incluido, cada una con su sala de baño propia, abierto a los artistas. La casa contaba además con piscina, squash, gimnasio y unmagnífico jardín de inspiración cubista diseñado por Gabriel Guévrékian, que llenaron de esculturas. Desgraciadamente, tras la muerte de Marie-Laure la casa se vendió y se perdieron parte de los muebles y la decoración más vanguardista, hoy sólo imaginable a través de las imágenes. En 1973 el Ayuntamiento de Hyères compró la casa, más tarde se declaró patrimonio protegido y empezó a restaurarse.

En la villa se filmaron parte de los escenarios de otras películas como Les mystères du château de Dé (1928), de Man Ray, Le Sang d’un Poète (1930), de Jean Cocteau, y L’âge d’or, de Buñuel y Dalí, las tres financiadas por los viscondes. Este mecenazgo con artistas les llevó a tener una impresionante colección con obras de Chagall, Braque, Gris, Léger, Derain, Chirico, Picasso… Luego vendría su interés por los surrealistas: Miró, Tanguy, Masson, Ernst, Dalí. Y más tarde Mondrian, Klee, cuyos cuadros se repartían entre sus diversas residencias. A Brancusi, Giacometti, LaurensyLipchitz les hicieron también encargos escultóricos para su jardín de Hyères. Pero su apoyo a la creación tiene muchas formas. Desde encargos concretos a sueldos mensuales repartidos con otros mecenas como en el caso de BalthusydeDalí (formaron parte del llamado Grupo del Zodiaco). Marie-Laure entregó su Zil, una limusina soviética de su colección, al escultor César para que hiciese su primera “compresión” (lo aplastó con una prensa hidráulica hasta convertirlo en un amasijo plano).

De Marie-Laure existe una larga serie de retratos, inaugurada por un dibujo de Picasso y continuada por Dalí, Dora Maar, Balthus, Giacometti, Fenosa, Valentine Hugo.Ypor los fotógrafos: Beaton, Brassaï, Doisneau, Man Ray, Horst… La mayoría de estos artistas pasaron por su villa.

Las amistades literarias fueron también numerosas. Desde Jean Cocteau, amigo de infancia de Marie- Laure, a Aldous Huxley, René Char, Pieyre de Mandiargues y… sobre todo los surrealistas: Breton, Crevel, Éluard. Su apoyo se materializó también en la compra de manuscritos, como Histoire de l’oeil, de Georges Bataille. En una foto de sus archivos, aparece Buñuel en Hyères con este libro, como un guiño a las influencias de L’âge d’or. Este mecenazgo les llevó también a comprar en 1929 el original de Las 120 jornadas de Sodoma y Gomorra, el escandaloso libro del marqués de Sade escrito en 1785 en la prisión de la Bastille, y a encargar una primera edición para bibliófilos y suscriptores. Más sorprendente es el apoyo de Noailles al Museo del Hombre de París y a la expedición de exploración etnográfica Dakar-Yibuti. Para recaudar fondos organizaron una cena con un combate de boxeo con el campeón del mundo Al Brown. Según nos cuenta el historiador Stephane Boudin-Lestienne, los Noailles pidieron en 1931 a Buñuel que siguiese esa expedición para hacer una película aunque sin éxito. Son sólo algunas de las historias que nos cuentan las paredes de esa villa.

 

Foto portada: Man Ray – extraido de la pagina web