Los árboles, especialmente en una ciudad tan densamente poblada y carente de áreas verdes, son parte integral de la identidad del vecindario
Publicado en Metrópoli el 17 de mayo de 2024
Inaugurado en 1982 y renovado en 2006, el parque Joan Miró lleva el nombre de este célebre artista catalán. Anteriormente, se conocía como parque del Escorxador debido a que ocupaba el terreno donde se encontraba el matadero municipal. Recientemente, el parque ha acaparado la atención debido a las obras en curso para la línea 8 de los Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC), las cuales podrían tener un impacto significativo en el parque. Este impacto se debe al proceso de ejecución de las obras, que requerirá un espacio logístico para los requisitos de la tuneladora y el almacenamiento de la tierra excavada durante ocho años. Estas obras tienen como objetivo unir las estaciones de Espanya y Gràcia a través de un túnel de 4 kilómetros de longitud.
Desafortunadamente, la administración decidió utilizar una zona del parque con 178 árboles de más de 40 años, lo que resultará la tala de la mayoría de ellos, además de trasladar otros 41 árboles a un vivero municipal. Esta decisión ha generado preocupación, ya que parece ser que no se había encontrado una alternativa que permitiera realizar las obras sin afectar de manera significativa un espacio tan importante para los vecinos y la ciudad. Sin embargo, el Parlament aprobó recientemente una moción instando al Gobierno a estudiar alternativas para minimizar el impacto en el parque.
Los vecinos se han movilizado enérgicamente, ya que los árboles, especialmente en una ciudad tan densamente poblada y carente de áreas verdes, son parte integral de la identidad del vecindario. Además, fomentan en los ciudadanos una sensibilidad medioambiental y ayudan a mitigar las llamadas islas de calor, generadas por el calor absorbido por el asfalto. Durante años, los árboles han presenciado en silencio el descuido del parque y sus instalaciones, y ahora su supervivencia está en peligro. La plataforma Salvem el Parc Joan Miró ha congregado las demandas de los residentes para prevenir un posible daño irreparable al patrimonio arbóreo de la ciudad, que juega un papel crucial en la reducción de las emisiones de CO₂. Además, son esenciales para la producción de oxígeno mediante la fotosíntesis.
El proyecto original, responsabilidad de la Generalitat, se acordó previamente con la pasada administración municipal de Barcelona. Veremos ahora con un nuevo alcalde lo que pasa. Salvem el Parc Joan Miró hizo la semana pasada un llamamiento a los diferentes grupos políticos que se presentan a las elecciones catalanas del 12 de mayo, para que se comprometan a salvar la arboleda del parque. Habrá que tomar nota de su decisión y de qué tipo de soluciones ofrecen al destrozo. Recordemos que el Plan Director del Arbolado de Barcelona 2017-2037 estableció como objetivo aumentar en un 5% la cobertura arbórea de la ciudad. Resulta sorprendente ver que este objetivo no se tuvo en cuenta en aquel proyecto.
Los árboles son seres vivos y esenciales para la biodiversidad. No podemos permitirnos talar árboles, especialmente aquellos con más de 40 años de antigüedad, ya que son parte de nuestro patrimonio. Se ha demostrado que la presencia de los árboles en los entornos urbanos tiene beneficios significativos para la salud humana. No se tendría que ignorar el dicho de que ‘el árbol es vida’, y esperemos que la administración no lo olvide.