Apostemos por un futuro mejor, que siempre es ofertado en campaña electoral y nunca se cumple. Los objetivos debieran ser a medio y a largo plazo, y no con vistas a renovar un contrato de cuatro años, el de los políticos
Según la prensa, las elecciones generales cuestan 150 millones. En los últimos cuatro años se habrán celebrado cuatro: 600 millones. Los rectores de las universidades públicas catalanas reclaman 900 para su funcionamiento. No hay recursos.
Los edificios universitarios requieren una importante inversión para su mantenimiento. El de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (Etsab) se acabó en 1963. Cuando llueve se inunda. El aplacado de las fachadas se desprende. Así, un sinfín de anomalías.
La envejecida plantilla no va siendo reemplazada. En el mejor de los casos lo es por profesores asociados con misérrimos contratos: el voluntarismo sostiene la docencia y la investigación. No hay recursos.
¿Creemos en la ecología, la sanidad y la educación? Apostemos por un futuro mejor, que siempre es ofertado en campaña electoral y nunca se cumple. Los objetivos debieran ser a medio y a largo plazo, y no con vistas a renovar un contrato de cuatro años, el de los políticos.
Para su inoperancia sí hay recursos.