Arquitectura y dibujo: ‘Le Corbusier, arquitecto pintor’ y ‘Maneres de mirar’, en la agenda

Arquitectura y dibujo: ‘Le Corbusier, arquitecto pintor’ y ‘Maneres de mirar’, en la agenda

La agenda de las galerías del mes de diciembre va unida a la arquitectura. A la exposición organizada desde Arquitectes per l’Arquitectura se unen, entre otras, la exposición sobre Le Corbusier en la galería Marc Domènech

Publicado el miércoles 20 de diciembre de 2017 en el diario LA VANGUARDIA | Juan Bufill

La galería Marc Domènech presenta una importante exposición de la obra pictórica de Le Corbusier, organizada en colaboración con la galería madrileña Guillermo de Osma, donde se expondrá desde finales de enero. Le Corbusier es el seudónimo artístico de Charles-Edouard Jeannert, ciudadano nacido en La-Chaux-de-Fonds (Suiza) en 1887, que solía firmar sus obras con las iniciales LC. Cuando considero sus aportaciones teóricas y prácticas, sobre todo en el ámbito de la arquitectura y especialmente en la extraordinaria capilla de Ronchamp (1955), no puedo evitar acordarme de la muy citada frase que pronuncia el cínico personaje de Orson Welles en El tercer hombre. Esa en la que afirma que la mejor contribución a la historia del arte y la cultura que ha sabido hacer la muy civilizada Suiza es el reloj de cuco. Como casi todas las sentencias despreciativas referidas a un país, un género o una generalidad, es una afirmación necia, un tópico propio de ignorantes. Pocas personas han influido tanto en la arquitectura del siglo XX como Le Corbusier. Lo mismo puede decirse de Paul Klee en la pintura y tampoco se entiende la escultura y el cine modernos sin Giacometti y Jean-Luc Godard. Y todos ellos eran tan suizos como los escritores Carl Gustav Jung y Robert Walser.

Mutaciones figurativas es una selección de pinturas, dibujos y collages que se centra especialmente en los últimos 30 años de vida de este artista, pero también incluye obras de los años veinte. En su obra plástica Le Corbusier expresa aspectos distintos que en su obra arquitectónica, y revela una personalidad múltiple, que también mostró en sus otras facetas: urbanista (a veces megalómano), teórico, escritor, diseñador, inventor… Participa tanto de la sensibilidad compositiva que desarrolló el cubismo como de la liberación vital y sexual surrealista. También de la fascinación, muy de entreguerras, por los cuerpos femeninos atléticos, que en Le Corbusier se despertó en un viaje africano.

En sus cuadros lo masculino suele ser vertical y lo femenino horizontal, como si lo alzado significara proyecto y voluntad y lo extenso una relación más inmediata y profunda con lo terrenal. En un pastel de 1932, una corteza de árbol, una caracola y una mujer que lee aparecen representadas en la misma escala, como tres fases que llevan de la naturaleza a una cultura también natural. De 1937 es la composición fluida Deux femmes nuages (Dos mujeres nubes), que enlaza con las fusiones edénicas, preadamitas, de Jean Arp. De 1950 es el retrato Quatre femmes autour d’une table y de los años cincuenta varias composiciones más abstractas, realizadas en su cabaña de Roquebrune-Cap-Martin, frente al mar Mediterráneo donde desapareció en 1965. Lo cual, por cierto, remite al memorable final de la película Pierrot le fou, de su compatriota francosuizo Godard. Galería Marc Domènech. Pje. Mercader, 12. Hasta el 18 de enero.


Dibujos de arquitectos. Desde la desaparición de Antonio de Barnola, en cuya galería se presentaron muestras sobre arquitectura muy bien planteadas, se echaba en falta una exposición como la que ahora presenta Víctor Saavedra. Es una muy variada selección de dibujos realizados por 64 arquitectos, entre ellos los equipos RCR y MBM Arquitectes, Carlos Ferrater, Borja Ferrater, Maria Rubert de Ventós, Josep Ferrando y Juli Capella. Este último firma La Sagrada Ortodoxa Familia, una versión fantástica y casi moscovita, que traiciona a Gaudí de un modo más evidente que la versión real, aún en construcción. Galería Víctor Saavedra. Enric Granados, 97. Hasta el 9 de enero.


Alceu Ribeiro. El plano en color, la visión frontal, la línea que delimita, la suma y la relación de los ritmos y la estructura: estos son los elementos fundamentales en la obra de Alceu Ribeiro (Artigas, Uruguay, 1919 – Palma, 2013). Ribeiro es uno de los mejores exponentes del constructivismo de la Escuela del Sur iniciada por Torres-García, a la que aporta una especie de libertad paramusical cercana a la obra de Paul Klee. Ribeiro creía, como Stravinsky, que “el arte es lo contrario del caos”. Y pensaba que “si una superficie no se organiza, no adquiere trascendencia”. La muestra es una selección muy cuidada que abarca distintos momentos de su trayectoria. Sala Dalmau. Consell de Cent, 349. Hasta el 13 de enero.

Juan de Andrés. A diferencia del minimalismo norteamericano, de carácter a menudo puritano y estético, el minimalismo del artista uruguayo Juan de Andrés (1941) ofrece valores humanos como la calidez, la armonía y la serenidad. Sus composiciones tienen un carácter más arquitectónico que musical y son excelentes ejemplos de un grado mínimo de la pintura, de un cierto modo austero y todavía sensual y celebrador. Círculo del Arte. Princesa, 52. Hasta el 31 de diciembre.