Solares, problemas, soluciones | Llàtzer Moix

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13 viviendas de Robert y Esteve Terradas (AxA) | 3 viviendas de Anna & Eugeni Bach (AxA) | 85 viviendas de Marta Peris y José Manuel Toral (AxA)

Publicado en La Vanguardia el 21 de marzo de 2021

La reinvención de la vivienda popular es uno de los grandes desafíos de la arquitectura actual, excelentemente afrontado por autores como Lacaton ­Vassal, cuya labor acaba de premiar el Pritzker. Siguen tres recientes obras locales enmarcadas en esta tipología, que encaran de modo distinto su determinante relación con el lugar.

Espacios innovadores. San Ildefonso, en Cornellà, es un ejemplo de barrio obrero de los años 60. Sus bloques son de baja calidad arquitectónica. Eso ya se sabía. Y ahora se hace evidente al compararlos con el nuevo bloque –se ocupará en abril– de 85 viviendas que firman Marta Peris y José Manuel Toral (AxA). Esta obra se distingue por su dimensión –ocupa la manzana donde se levantó el cine Pisa–, su estructura de madera –según los autores, la mayor de España– y su planta de pauta uniforme.

El edificio, dispuesto alrededor de un patio ­plaza rectangular y comunitario, por el que se accede a los cuatro núcleos de comunicaciones verticales, exhibe una primera losa de hormigón, de fino canto, y por encima de ella cinco plantas con estructura de madera de pino. La madera va ganando terreno en el ámbito de la construcción. Porque es un material sostenible, más ligero que el hormigón y el acero (con mejor ratio masa/capacidad portante) y permite ejecuciones más rápidas y baratas: esta obra creció un nivel cada dos semanas.

La planta general se divide en 543 espacios de 3,6 por 3,6 metros, a razón de 114 por nivel y cinco o seis por vivienda (según tengan dos o tres dormitorios). Esta distribución permite habitaciones comunicantes, polivalentes, y elimina pasillos. Se accede a ellas por galerías con vistas al patio interior, que evocan las corralas, pero sin su hacinamiento; en cierta medida, porque todos los pisos disponen también de holgadas terrazas corridas en la fachada exterior, protegidas del sol mitad con tela metálica y mitad con persianas alicantinas.

El contraste de esta nueva construcción, promovida por el Impsol, con su entorno elocuente. Donde hace medio siglo se edificaban tristes colmenas, ahora destaca un proyecto que combina la preocupación medioambiental y un presupuesto ajustado con la elegancia de líneas y su notable calidad habitacional.

Espacios mínimos. En Barcelona, la normativa impide construir pisos de menos de 40 metros cuadrados. Anna & Eugeni Bach (AxA) recibieron el encargo de hacer tres viviendas en un solar entre medianeras de Horta, donde tuvieron que rascar centímetros aquí y allá para cumplir tal ordenanza. El resultado de su tesón son tres viviendas con fachada a la calle Horta y a un patio posterior, divididas entres espacios, uno central para cocina, baño y escalera (nada angosta), y los otros dos en las fachadas, utilizables como dormitorio o estar/comedor. Dentro de las limitaciones, esta solución funciona bien. Es más, admite la posibilidad de que en un piso vivan dos inquilinos, compartiendo el espacio central.

El edificio se adapta en su fachada principal al lenguaje constructivo del barrio: zócalo de piedra y reja metálica (cuidadosamente alineados) y balcones con persianas. Pero añade dos rasgos propios: unas notas de amarillo en las persianas y un quinto balcón que rebasa la cornisa. Este último es un guiño formal para personalizar una fachada convencional y señalar un espacio de ocio en la azotea; y, también, una manera de igualar alturas con un vecino que se excedió en la suya.

Con sencillez, ingenio y voz propia, Anna & Bach demuestran aquí que el éxito de una obra no depende de su tamaño, sino del compromiso y el esfuerzo de sus autores.

Espacios defensivos. A veces, un emplazamiento difícil no viene determinado por el barrio ni la estrechez de la parcela. Por ejemplo, el de estas trece viviendas situadas en elplácido Sarrià, pero frente a la inhóspita trinchera de Vía Augusta, en la esquina con Nou de Santa Eulàlia, cerca ya de la boca del túnel de Vallvidrera. Esta ubicación significa que la fachada principal del edificio debe protegerlas del ruidoy el ajetreo de la vía rápida con dobles vidrios y celosías; que la posterior admite galerías al sol; y que entre una y otra el edificio puede articularse alrededor de un patio vertical que ayuda a ventilar. Y eso es lo que trata de hacer este edificio, sin grandes innovaciones ni condiciones extremas, sobre un solar, eso sí, en pendiente e incómodo.