Un proyecto diseñado por el estudio de Alonso y Balaguer conformado por once edificios multiusos
Publicado en La Vanguardia el 8 de julio de 2021
Tras más de una década en Chile, desde donde proyectó parte de la Villa Olímpica de Río de Janeiro, el arquitecto Luis Alonso, artífice de la reforma de la plaza de toros de Las Arenas y del HesperiaTower, vuelve a Barcelona para quedarse e impulsar nuevas ideas.
Alonso, socio del estudio de arquitectura Alonso y Balaguer, quiere instaurar los conceptos de flexibilidad y calidad de vida en las construcciones del futuro. Del futuro más inmediato porque su despacho ya planea dos edificios “flexibles”, uno en Barcelona y otro en Andorra. Unas viviendas que se adaptarán a sus habitantes en las que “solo serán estables las zonas húmedas, el resto se podrá modificar”. Y será muy fácil, casi como jugar al lego, pues el propietario “dispondrá de unos paneles prefabricados que se ensamblan con facilidad y permiten construir paredes, hacer y deshacer habitaciones”.
Además, estas casas contarán con “zócalos técnicos para que haya enchufes en cualquier lugar de la casa”. Pero la flexibilidad va mucho más allá de la vivienda y ya ha llegado a otro tipo de construcciones como el campus de Iberdrola, en San Agustín de Guadalix (Madrid). Un proyecto diseñado por el estudio de Alonso y conformado por once edificios multiusos. “Una pequeña ciudad de emprendimiento, que cuenta con hotel, talleres, restaurantes o aulas de formación y que se autoabastece de energía a través de una pérgola fotovoltaica de 15.000 metros cuadrados, que alimenta todo el conjunto”, señala el arquitecto.