«Mira Espe, un banco donde no podrán dormir los mendigos», le dijo Álvarez del Manzano
Publicado el 22 de enero de 2015 en el diario EL PERIÓDICO
Corría el año 1989 y se presentaba en el Reina Sofía una exposición sobre diseño industrial español. En el patio central se mostraba una selecta colección de mobiliario urbano. Recuerdo el repentino interés en una pieza, del por entonces alcalde de Madrid, Álvarez del Manzano. Se trataba del banco Catalano obra de Clotet-Tusquets, sin duda un clásico. Le comenté sus virtudes: era ligero, casi transparente, pero muy resistente al estar hecho en deployé. No acumulaba el polvo, al llover se secaba enseguida sin retener agua, no era frío en invierno ni se calentaba en verano, y tenía la ergonómica silueta del banco del parque Güell de Gaudí. Pero él, impertérrito, dijo: «Mira Espe cogiendo por el brazo a Esperanza Aguirre, entonces ministra de Cultura– un banco donde no podrán dormir los mendigos». El módulo del banco era de 120 cm. La obsesión perdura. En la capital han instalado separadores en medio de los bancos de las marquesinas, para que no pueda recostarse nadie. Pero en paralelo se ha organizado un grupo de ciudadanos para arreglar este mal diseño urbano. Van y los desmontan. Es lo que suele pasar últimamente, cuando la Administración no sabe resolver un asunto, la gente se encarga.
Por aquí en Barcelona no somos tan bestias, para encajar el mismo problema nos sacamos de la manga los bancos unipersonales, esos elegantes sillones de Miguel Milà que se colocan de dos en dos. Pero el objetivo es el mismo, alejar de la vía pública las vergüenzas de una sociedad que genera gente sin techo. Casi 3.000 en Barcelona, el 43% más en los últimos cinco años, de los cuales 870 duermen al raso; 750 en Madrid. Además de no saber hallar una solución, les niegan la posibilidad de usar un banco cuando la temperatura baja de cero. No hay compasión en el poder, solo prima ofrecer una imagen idílica.
Foto de portada extraída del catálogo de BD Barcelona Design
