El Ayuntamiento aumentará hasta 385 hectáreas los espacios de biodiversidad de la ciudad
Publicado en La Vanguardia el 6 de junio de 2020
Uno de los efectos más visibles del fin del confinamiento y de estar semanas sin pisar las calles fue la de encontrarse con una ciudad más verde y exuberante, en la que la naturaleza se había desperdigado y ocupado rincones que tradicionalmente le habían estado vetados. La vegetación ha crecido con una inusitada fuerza y de manera espontánea esta primavera y el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido, tras comprobar los resultados, modificar la actual gestión del verde. La intención es ganar hasta 385 hectáreas de espacios de biodiversidad más naturalizada y diversa que favorezca la fauna y el crecimiento de otras especies.
De momento, ya se ha bajado la frecuencia de siega para fomentar el nacimiento de plantas locales y de generación espontánea y se favorecerá el desarrollo de vegetación en los alcorques. Ahora 1.300 de ellos están sembrados con “flora amiga” –pequeñas especies herbáceas que ayudan a controlar las plagas de los árboles– y el plan de naturalización prevé ampliarlos hasta los 2.300 en tres años. Se priorizarán los alcorques que estén situados en calles próximas a zonas verdes, para que funcionen de conector, y en los lugares con una menor intensidad de usuarios.
El concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, explica que también está previsto transformar los actuales parterres de césped tradicional que cubren muchos jardines en prados urbanos o campos herbáceos. Estos tienen una mayor altura, de entre 15 y 25 centímetros, y además de servir de hábitat para muchas especies de insectos ayudan a recuperar la vegetación autóctona.
Las medidas más visibles. El Ayuntamiento podará menos los árboles y bajará la frecuencia de siega
Actualmente, Barcelona cuenta con 255 hectáreas de verde biodiverso y ahora se quiere llegar a las 385, lo que representa pasar del 25 al 38%. Los jardineros han identificado 17 zonas verdes de primer orden, como parques y 60 espacios verdes urbanos, como rotondas o vías públicas, donde entienden que hay posibilidad de implementar esta naturalización. Estos espacios suman 130 hectáreas de ampliación de las áreas naturales. Los técnicos consideran que la futura gestión favorecerá los mosaicos vegetales y permitirá tener ambientes verdes diferentes, mejorará el drenaje del suelo y su cobertura, aumentará la conectividad entre jardines y posibilitará, además, transformar los estanques para que pueda vivir fauna acuática en ellos.
Marga Parés, la técnica municipal que se encuentra frente a la estrategia de naturalizar la ciudad, asegura que el cambio más visible de los próximos meses será el incremento de las especies herbáceas en parques y jardines. “Esto no comportará que ocupen todo el espacio, se hará una siega selectiva en el inicio de los parterres para que no molesten”, aclara. Añade que también se notará que los árboles se podarán menos y en otras épocas. Esto permitirá mayor diversidad de arbustos en las calles y además se dejarán florecer para garantizar la alimentación de la fauna.
En paralelo, se crearán refugios de biodiversidad en el parque de la Ciutadella, en Diagonal Mar, en la plaza de la Sagrada Família y en la plaza Gaudí, que se sumarán a los cinco ya existentes en la ciudad, en el parque de Joan Miró, en los Jardins de Valent Petit, en la Fàbrica de Ca l’Alier, en la plaza de las Glòries y en los jardines dels Doctor Pla i Armengol. Otra de las cuestiones en las que el Ayuntamiento trabaja es en la de habilitar un proyecto de arquitectura nidificante para impedir intervenciones en edificios que puedan afectar o destruir nidos o refugios de especies protegidas.
Vegetación en la via pública. Los alcorques de las calles poco transitadas se cubrirán de “flora amiga”
Estas actuaciones que ya se han empezado a trabajar no implican que los jardines históricos o las zonas verdes vayan a sufrir a partir de ahora un menor mantenimiento. Este continuará, pero sí que cambiará la forma de gestionar otros espacios ajardinados de la ciudad. A partir de ahora se favorecerán los procesos ecológicos, la entrada espontánea de la flora y la fauna, sin perder la calidad estética. El Ayuntamiento entiende que la emergencia sanitaria de la Covid-19 ha mostrado una biodiversidad más frondosa y nunca vista tras semanas de un uso escaso o nulo de los espacios naturales de Barcelona. Al tiempo que ha cobrado especial relevancia lo que representan los jardines y zonas verdes para la salud de los barceloneses.