Publicat el 04 de febrer de 2014 a El Periódico
Ya que costó tanto llegar a él, en este 2014 resulta una buena noticia para Barcelona ir cumpliendo los pasos marcados por el Compromís per Glòries entre los vecinos y el Ayuntamiento de Barcelona en el 2007.Publicado el 04 de febrero de 2014 en El Periódico
Ya que costó tanto llegar a él, en este 2014 resulta una buena noticia para Barcelona ir cumpliendo los pasos marcados por el Compromís per Glòries entre los vecinos y el Ayuntamiento de Barcelona en el 2007. Tras un primer traspié, el consistorio barcelonés apostó después por mantenerse en las esencias de ese pacto y avanzar, ahora en forma de 10 proyectos de equipos de arquitectos para renovar la plaza. EL PERIÓDICO publica hoy la valoración técnica de estos planes, cuyos autores permanecen en el anonimato. El vencedor lo decidirá un jurado y se hará público el día 14. Este concurso de ideas, en el que se «evaluarán más los conceptos que las materializaciones», según anunció el ayuntamiento, va en la dirección correcta, puesto que la mayoría de las propuestas sacan buena nota en el primer examen. Eso quiere decir que cumplen, sea en el área de movilidad, de usos o de viabilidad ejecutiva, los criterios del pacto del 2007 para los 90.000 metros cuadrados de techo edificable (el 45%, protegido) y el diseño de los 120.000 metros cuadrados mínimos de zona verde.
Las Glòries será un espacio urbano estratégico cuando desaparezca también el tambor, cuyo derribo ha empezado ya. Por la parte superior o la inferior de la plaza circulan a diario unos 154.000 vehículos, un desafío para un paisaje que va a ser renovado. Porque este no puede ser únicamente un espacio contemplado desde el punto de vista vecinal sino que es una parte sustancial de un concepto de ciudad, una de sus entradas y el eje en el que puede pivotar uno de los centros de Barcelona. En palabras del arquitecto Josep Antoni Acebillo, un histórico del urbanismo de la ciudad, la plaza de las Glòries es un símbolo de capitalidad. Hasta que tomen cuerpo la urbanización del llamado espacio libre de las Glòries y el túnel pasarán algunos años, en los que este extenso lugar estará en obras. De momento está previsto situar un mirador para acercarse y comprobar los avances y, lo más importante, los vecinos están llamados a presentar propuestas para el uso provisional de ese espacio. Esta primera reordenación no deja de ser la fase más fácil de todo el proyecto para un lugar maldito que los sucesivos ayuntamientos han mirado con cierto temor. Para lo inmediato hay proyecto y financiación.
De momento, pues, va bien. Tras un primer traspié, el consistorio barcelonés apostó después por mantenerse en las esencias de ese pacto y avanzar, ahora en forma de 10 proyectos de equipos de arquitectos para renovar la plaza. EL PERIÓDICO publica hoy la valoración técnica de estos planes, cuyos autores permanecen en el anonimato. El vencedor lo decidirá un jurado y se hará público el día 14. Este concurso de ideas, en el que se «evaluarán más los conceptos que las materializaciones», según anunció el ayuntamiento, va en la dirección correcta, puesto que la mayoría de las propuestas sacan buena nota en el primer examen. Eso quiere decir que cumplen, sea en el área de movilidad, de usos o de viabilidad ejecutiva, los criterios del pacto del 2007 para los 90.000 metros cuadrados de techo edificable (el 45%, protegido) y el diseño de los 120.000 metros cuadrados mínimos de zona verde.
Las Glòries será un espacio urbano estratégico cuando desaparezca también el tambor, cuyo derribo ha empezado ya. Por la parte superior o la inferior de la plaza circulan a diario unos 154.000 vehículos, un desafío para un paisaje que va a ser renovado. Porque este no puede ser únicamente un espacio contemplado desde el punto de vista vecinal sino que es una parte sustancial de un concepto de ciudad, una de sus entradas y el eje en el que puede pivotar uno de los centros de Barcelona. En palabras del arquitecto Josep Antoni Acebillo, un histórico del urbanismo de la ciudad, la plaza de las Glòries es un símbolo de capitalidad. Hasta que tomen cuerpo la urbanización del llamado espacio libre de las Glòries y el túnel pasarán algunos años, en los que este extenso lugar estará en obras. De momento está previsto situar un mirador para acercarse y comprobar los avances y, lo más importante, los vecinos están llamados a presentar propuestas para el uso provisional de ese espacio. Esta primera reordenación no deja de ser la fase más fácil de todo el proyecto para un lugar maldito que los sucesivos ayuntamientos han mirado con cierto temor. Para lo inmediato hay proyecto y financiación.
De momento, pues, va bien.