La llegada del 'nanoturismo'

La llegada del 'nanoturismo'

No solo de paellas y ‘sagradas familias’ vive el visitante. Nadie quiere ser ‘turistada’No solo de paellas y ‘sagradas familias’ vive el visitante. Nadie quiere ser ‘turistada’

Publicado el jueves, 30 de octubre de 2014 en EL PERIÓDICO

 

JULI CAPELLA | El turismo estival se apacigua, pero ya asoma el navideño. Este verano se han agudizado las tensiones a las que nos ha llevado un turismo desbocado. ¿Pero existe otro modelo? En la reciente bienal de diseño Liubliana, (la primera en Europa y que cumple 50 años) han trabajado sobre el tema. El nanoturismo pretende ofrecer una alternativa a la industria turística depredadora. Han recopilado experiencias: vacaciones colaborativas para hacer alguna construcción o crear una obra de arte conjunta con la gente local. Un sistema de trueque para que puedas cambiar lo que traes de tu país por productos locales. El alojamiento y comida gratis a cambio de ofrecer actuaciones artísticas. Un bus-oficina con el que haces turismo a la vez que sigues trabajando. La posibilidad de alquilar a un habitante local para que te oriente según tus gustos y preferencias.

También existe la posibilidad de dormir dentro de un museo formando parte de una performance. Hacer circuitos alternativos al clásico con grupos locales afines a tu profesión generando intercambio. Visitar un micromercado de alimentos artesanos cocinados por gente local. Una web de voluntariado internacional con cometidos mixtos recreo-trabajo. Crear una comunidad de slow tourism opuesta al frenético circuito de las visitas fugaces inmemorables. Una agencia de creadores que diseñen una generación de recuerdos que sean alternativos al suvenir tópico importado de China. O también microturismo urbano para conocer tú mismo otros barrios.

Ellos hablan de un neoturismo crítico, participativo, contextual, social, responsable, con valores. Se trata más de una actitud que de un método. Pero sin duda divertido y emocionante. Y todo por intercambio, o con pagos razonables. No solo de sagradas familias y paellas vive el visitante. Bienvenidos exploradores y trotamundos. Ya nadie quiere ser turistada.

 

Foto portada extraida de ricartrafecas

Publicado el jueves, 30 de octubre de 2014 en EL PERIÓDICO

 

JULI CAPELLA | El turismo estival se apacigua, pero ya asoma el navideño. Este verano se han agudizado las tensiones a las que nos ha llevado un turismo desbocado. ¿Pero existe otro modelo? En la reciente bienal de diseño Liubliana, (la primera en Europa y que cumple 50 años) han trabajado sobre el tema. El nanoturismo pretende ofrecer una alternativa a la industria turística depredadora. Han recopilado experiencias: vacaciones colaborativas para hacer alguna construcción o crear una obra de arte conjunta con la gente local. Un sistema de trueque para que puedas cambiar lo que traes de tu país por productos locales. El alojamiento y comida gratis a cambio de ofrecer actuaciones artísticas. Un bus-oficina con el que haces turismo a la vez que sigues trabajando. La posibilidad de alquilar a un habitante local para que te oriente según tus gustos y preferencias.

También existe la posibilidad de dormir dentro de un museo formando parte de una performance. Hacer circuitos alternativos al clásico con grupos locales afines a tu profesión generando intercambio. Visitar un micromercado de alimentos artesanos cocinados por gente local. Una web de voluntariado internacional con cometidos mixtos recreo-trabajo. Crear una comunidad de slow tourism opuesta al frenético circuito de las visitas fugaces inmemorables. Una agencia de creadores que diseñen una generación de recuerdos que sean alternativos al suvenir tópico importado de China. O también microturismo urbano para conocer tú mismo otros barrios.

Ellos hablan de un neoturismo crítico, participativo, contextual, social, responsable, con valores. Se trata más de una actitud que de un método. Pero sin duda divertido y emocionante. Y todo por intercambio, o con pagos razonables. No solo de sagradas familias y paellas vive el visitante. Bienvenidos exploradores y trotamundos. Ya nadie quiere ser turistada.

 

Foto portada extraida de ricartrafecas