ESCUELA INFANTIL DE BUZTINTXURI, PAMPLONA
2009 – 2010
El edificio se encuentra ubicado en el extremo NO del nuevo barrio pamplonés de Buztintxuri, dentro de una manzana conformada por un “abanico” de tres parcelas dotacionales.
El solar presenta un marcado desarrollo longitudinal en el sentido norte-sur. La orientación oeste, desde donde debe producirse el acceso, se ve importunada por el ruido generado por una serie de viales adyacentes de intensa circulación. El frente oeste tiene condición de lindero con la parcela colindante.
En base a estas premisas, decidimos organizar el edificio como una secuencia de cuatro cuerpos paralelos que alternan cuerpos “edificados” con espacios vacíos:
1. Un primer cuerpo, en el que se ubican las zonas de administración y servicios, ocupa el frente más público (oeste), y actúa como filtro frente al ruido exterior. El acceso principal al edificio se produce a través de uno de sus extremos, donde un porche cubierto y un pequeño jardín articulan y dignifican la entrada.
2. El espacio central es un gran vacío que cuenta con generosa iluminación natural a través de un lucernario corrido que emerge decididamente sobre el resto del edificio, generando un singular espacio de doble altura que actúa como elemento vertebrador del edificio. Es la calle o lugar de encuentro, desde el que se accede a los diferentes módulos infantiles. La linealidad de este espacio se ve “transgredida” con la aparición de la cocina y el taller central, como piezas que tratan de reclamar la atención de los niños dentro del conjunto.
3. Un tercer cuerpo alberga las áreas infantiles, agrupadas en cuatro módulos según las edades de los niños. En cada grupo se busca una óptima integración entre aula, talleres, comedores, baños y dormitorios, garantizando la ventilación e iluminación naturales en todas las estancias.
4. Por último, el patio exterior de juegos se concibe como una prolongación del espacio de las aulas mediante la apertura de generosos acristalamientos. Un alero de casi dos metros de vuelo permite la circulación a cubierto por el exterior, al tiempo que protege las aulas del sol de verano. La orientación del patio garantiza tanto su óptimo soleamiento como la deseada intimidad frente al tráfico exterior. El uso de diferentes colores y texturas permite crear espacios de juego sugerentes y variados para los pequeños.
Autor: Javier Larraz, Arquitecto
Colaboradores: Juan Miguel Garcia, Arquitecto