Publicat el 15 de novembre de 2013 a El País Un estudio catalán levanta un centro que respeta el pasado desde lo moderno. No son pocos los que sostienen que la mejor arquitectura es la anónima, la que, despreocupada de representar un apellido ilustre, elige arraigarse en un lugar, completarlo o transformarlo, en vez de llamar la atención sobre sí misma. Publicado el 15 de noviembre de 2013 en El País Un estudio catalán levanta un centro que respeta el pasado desde lo moderno. No son pocos los que sostienen que la mejor arquitectura es la anónima, la que, despreocupada de representar un apellido ilustre, elige arraigarse en un lugar, completarlo o transformarlo, en vez de llamar la atención sobre sí misma.