Moisés y yo nos conocimos en la Escuela de Arquitectura a mediados de los 70, él era aparejador y yo venia de una familia de constructores, mi padre y mi abuelo, él cursaba segundo curso y yo tercero, nos puso en contacto un amigo de ambos, José María Aguilera, con él montamos un minúsculo estudio en un entresuelo del edificio de Mitjans en la Ronda General Mitre.
Más tarde, al acabar la carrera, -ambos acabamos al mismo tiempo a finales del 79, ya que yo malgasté un año en aquello que denominaban servicio militar-, en enero del 80, nos trasladamos en el que seria nuestro estudio en la calle Tavern, en ese tiempo se incorporó Marius Quintana que era compañero de curso de Moisés, empezamos como todo el mundo en aquellos tiempos, concurso tras concurso, fuimos afortunados y ganamos algunos y pudimos empezar a trabajar y construir.
Tras acabar el Colegio de Aparejadores de Lleida, Marius nos dejó y se incorporó a Proyectos Urbanos del Ayuntamiento de Barcelona.
Unos meses después Moisés entro como profesor en la cátedra de Albert Viaplana en la Escuela de Barcelona y yo en la de Pere Riera en la Escuela del Vallès, seguimos concurso a concurso abriéndonos camino, el CAP de La Llagosta, la escuela de La Palmera, hasta que a raíz de los concursos con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona ganamos el Polideportivo de Villa Olímpica y las Piscinas Picornell en el anillo Olímpico.
Después de los juegos, en el 93, vino la crisis y muchos despachos de la ciudad se separaron, nosotros en el 94 iniciamos nuestra camino por separado.
Al cabo de los años nos reencontramos, Moisés era una gran persona con una personalidad y un talento fuera de lo común, proyectar con él era fàcil y apasionante, te llenaba de energía, pero no todo era trabajar, en nuestros ratos de ocio, lo pasábamos en grande, tenia opinión sobre todo, a veces acertaba, otras no tanto, pero siempre sus opiniones eran sugerentes y cargadas de pasión. Fue un gran profesional, un magnifico docente y lo más importante de todo una persona sencilla y un gran amigo.
Su muerte nos deja a un gran vacío imposible de reemplazar. Adiós socio, amigo, maestro.