Barcelona explica a los americanos el proceso de transformación urbanística de la plaza
Publicado el martes, 1 de julio del 2014 en LA VANGUARDIABarcelona explica a los americanos el proceso de transformación urbanística de la plaza
Publicado el martes, 1 de julio del 2014 en LA VANGUARDIA
En Estados Unidos todo lo que lleva la marca Barcelona genera interés, y la muestra “Barcelona Glòries: Dialogue and Transformation” no ha sido una excepción. La exposición, que se ha podido ver durante quince días en el Center for Architecture de Nueva York, explica a través de audiovisuales, planos, fotografías y documentación el pasado, presente y futuro de la plaza de las Glòries. Para ello, la muestra da a conocer las características del proyecto de la UTE Agence Ter + Ana Coello de Llobet, que tiene como título “Canòpia Urbana” y que fue el ganador del concurso internacional de transformación del espacio en el que se presentaron 55 propuestas llegadas de todo el mundo. Al tiempo también se explican los ocho proyectos #nalistas y el que tuvo una mención especial.
Del Siglo XIX al XXI
Tal como se da a conocer en la exposición –que los neoyorquinos pudieron ver hasta el pasado sábado–, el aspecto de las Glòries ha transmutado con el paso de los años, pero ahora afronta un cambio radical para intentar recuperar la propuesta original de Cerdà: convertir la plaza en el centro de la ciudad.
La visión de Cerdà no pudo tomar forma a mediados y finales del siglo XIX que, con la llegada del ferrocarril, la plaza se convirtió en una confluencia de líneas de tren y tranvía. En los años sesenta del siglo XX el automóvil se apoderó del espacio y lo transformó en uno de los principales nudos viarios de la ciudad. Y con motivo de las Olimpiadas de 1992, en un intento de ordenar el tráfico, se hizo un anillo viario elevado que añadió un obstáculo para los peatones.
Con el actual proceso de transformación de la zona se quiere lograr un cambio de modelo, en el que se apuesta por el transporte público y por una movilidad sostenible e integradora, y donde las personas pasan a ser la prioridad.
Para hacerlo realidad, el Ayuntamiento de Barcelona inició en 2003 un proceso participativo que recogió las propuestas de las entidades vecinales para mejorar el espacio. Este diálogo entre la administración pública y los ciudadanos culminó en 2007 con la firma de un compromiso común que se incluyó en la Modificación General del Plan Metropolitano.
Las obras del nudo viario de las Glòries están transformando una superficie de 27,6 hectáreas por donde hasta hace poco pasaban 154.000 vehículos cada día.
En estos momentos se está procediendo a la demolición del anillo viario, una obra ideada con el máximo respeto medioambiental. Por ejemplo, el material de desecho generado se reaprovecha para mejorar la plaza, lo que evita la salida de 9.000 camiones para trasladar 45.063 m3 de residuos en el puerto de Barcelona lo que conllevaría problemas de movilidad y emisiones de CO2.
Además, para desmontar el anillo se utilizan sistemas de deconstrucción de baja agresividad reduciendo el ruido y el polvo en el entorno.
Durante el derribo del anillo viario, a medida que se libere espacio público en el interior de la plaza, se harán varias intervenciones para crear nuevas zonas pensadas para los barceloneses, como canchas deportivas, huertos urbanos, exposiciones o áreas de juegos infantiles. Incluso se instalará un observatorio para que quien lo desee pueda seguir de cerca la evolución de las obras.
Posteriormente, del año 2015 al 2017, se construirá el nuevo parque de las Glòries y un túnel que irá por el subsuelo de la plaza y dará continuidad a la Gran Via, una de las principales entradas de la ciudad desde levante.
Más información aquí
En Estados Unidos todo lo que lleva la marca Barcelona genera interés, y la muestra “Barcelona Glòries: Dialogue and Transformation” no ha sido una excepción. La exposición, que se ha podido ver durante quince días en el Center for Architecture de Nueva York, explica a través de audiovisuales, planos, fotografías y documentación el pasado, presente y futuro de la plaza de las Glòries. Para ello, la muestra da a conocer las características del proyecto de la UTE Agence Ter + Ana Coello de Llobet, que tiene como título “Canòpia Urbana” y que fue el ganador del concurso internacional de transformación del espacio en el que se presentaron 55 propuestas llegadas de todo el mundo. Al tiempo también se explican los ocho proyectos #nalistas y el que tuvo una mención especial.
Del Siglo XIX al XXI
Tal como se da a conocer en la exposición –que los neoyorquinos pudieron ver hasta el pasado sábado–, el aspecto de las Glòries ha transmutado con el paso de los años, pero ahora afronta un cambio radical para intentar recuperar la propuesta original de Cerdà: convertir la plaza en el centro de la ciudad.
La visión de Cerdà no pudo tomar forma a mediados y finales del siglo XIX que, con la llegada del ferrocarril, la plaza se convirtió en una confluencia de líneas de tren y tranvía. En los años sesenta del siglo XX el automóvil se apoderó del espacio y lo transformó en uno de los principales nudos viarios de la ciudad. Y con motivo de las Olimpiadas de 1992, en un intento de ordenar el tráfico, se hizo un anillo viario elevado que añadió un obstáculo para los peatones.
Con el actual proceso de transformación de la zona se quiere lograr un cambio de modelo, en el que se apuesta por el transporte público y por una movilidad sostenible e integradora, y donde las personas pasan a ser la prioridad.
Para hacerlo realidad, el Ayuntamiento de Barcelona inició en 2003 un proceso participativo que recogió las propuestas de las entidades vecinales para mejorar el espacio. Este diálogo entre la administración pública y los ciudadanos culminó en 2007 con la firma de un compromiso común que se incluyó en la Modificación General del Plan Metropolitano.
Las obras del nudo viario de las Glòries están transformando una superficie de 27,6 hectáreas por donde hasta hace poco pasaban 154.000 vehículos cada día.
En estos momentos se está procediendo a la demolición del anillo viario, una obra ideada con el máximo respeto medioambiental. Por ejemplo, el material de desecho generado se reaprovecha para mejorar la plaza, lo que evita la salida de 9.000 camiones para trasladar 45.063 m3 de residuos en el puerto de Barcelona lo que conllevaría problemas de movilidad y emisiones de CO2.
Además, para desmontar el anillo se utilizan sistemas de deconstrucción de baja agresividad reduciendo el ruido y el polvo en el entorno.
Durante el derribo del anillo viario, a medida que se libere espacio público en el interior de la plaza, se harán varias intervenciones para crear nuevas zonas pensadas para los barceloneses, como canchas deportivas, huertos urbanos, exposiciones o áreas de juegos infantiles. Incluso se instalará un observatorio para que quien lo desee pueda seguir de cerca la evolución de las obras.
Posteriormente, del año 2015 al 2017, se construirá el nuevo parque de las Glòries y un túnel que irá por el subsuelo de la plaza y dará continuidad a la Gran Via, una de las principales entradas de la ciudad desde levante.
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