Cretinos con cargo | Quim Monzó

Lo que me fascina es que los altavoces municipales se esfuercen todavía en promocionar un invento como las supermanzanas, que en el Poblenou ya demostraron ser una chapuza sin sentido

Publicado en La Vanguardia el 22 de julio de 2021

El titular del reportaje que ayer publicó Luis Benvenuty es irrefutable: “La supermanzana de Sant Antoni perjudica al comercio del barrio”. El texto no hace sino confirmarlo: “Una encuesta entre los comerciantes de Sant Antoni concluye que cerca de la mitad perdieron ventas tras la implantación de la supermanzana en septiembre del 2019, que los problemas de accesibilidad que trajo ese espacio hacen disminuir el número de visitantes del resto de la ciudad desde antes del inicio de la pandemia…”.

A mí, que soy vecino de Sant Antoni, que los habitantes de otras zonas de la ciudad lo tengan jodido para visitar el barrio me importa más bien poco. Lo que me fascina es que los altavoces municipales se esfuercen todavía en promocionar un invento como las supermanzanas, que en el Poblenou ya demostraron ser una chapuza sin sentido. Basta haber hablado con comerciantes santantonienses para saber que el desbarajuste es monumental. Lídia Núñez, de Som Sant Antoni, explica a Benvenuty: “El problema es que la implantaron casi sin considerar los efectos, qué pasaría en las calles escogidas y también en los alrededores. Hace mucho que pedimos un estudio del impacto económico, pero el Ayuntamiento solo nos dice el número de peatones…”.

Es el modus operandi del actual gobierno municipal. La ciudad es un patio de guardería donde ellos juegan sin preocuparse de la mierda que van dejando por el camino. Mientras, Sílvia Casorrán, técnica del área de Urbanismo del Ayuntamiento, se fotografía sobre una bala de paja. Lo complementa con textos donde explica que ha ido a la “Catalunya profunda” a “hacer un estudio de mercado sobre productos innovadores para sustituir a los famosos bloques de hormigón”. Se refiere a las aberrantes New Jersey que el Ayuntamiento ha puesto en las calles y que, de momento, ya han provocado la muerte de una persona. ¿A qué juega esa gente?