Un monumento a Gaudí | Jaume de Oleza (AxA)

Un monumento a Gaudí | Jaume de Oleza (AxA)

Resulta incomprensible que la ciudad no haya rendido homenaje a un arquitecto que ha hecho que Barcelona sea conocida en todo el planeta

Es indudable que el mayor reconocimiento que puede recibir un artista reside en su propia obra. Este hecho es especialmente evidente en el caso del templo de la Sagrada Familia de Antoni Gaudí. Esta obra maestra, pese a sus detractores, se ha convertido en un icono que, gracias al turismo, ha simbolizado mediáticamente la ciudad de Barcelona. No existe una obra artística y/o arquitectónica que se haya identificado mejor con la ciudad. Los visitantes lo saben y hacen largas colas para admirar el templo, a pesar de los problemas que la aglomeración de turistas y autobuses provoca en la zona.

El barrio que acoge la Sagrada Familia está al borde de la saturación debido al éxito de la obra de Gaudí. La Sagrada Familia atrae a más de cuatro millones y medio de los ocho millones de turistas que visitan la ciudad cada año. Más del cincuenta por ciento de los turistas que vienen a Barcelona pasan por la Sagrada Familia, generando unos ingresos que en el año 2023 han superado los 125 M de euros.

Existen arquitecturas capaces de situar una ciudad en el mapa internacional, marcando un antes y un después de su construcción. Algunos de estos iconos, inicialmente han sido objeto de burlas, pero se han convertido en símbolos de sus ciudades, como es el caso de la torre Eiffel en París, criticada en su día como horripilante, sin embargo, este monumento es una parada obligatoria en la ciudad y, con solo al ver su foto, se identifica inmediatamente con París. Otros ejemplos son la Estatua de la Libertad en Nueva York, la Ópera de Sídney y el Golden Gate en San Francisco, que son símbolos identificativos de sus respectivas ciudades. Un ejemplo más cercano es el Museo Guggenheim de Bilbao, diseñado por Frank Gehry, cuya construcción ha situado a Bilbao en el mapa del turismo internacional, identificando la ciudad con este espectacular edificio.

Volviendo a Gaudí y la Sagrada Familia, esta obra se ha convertido en la imagen más icónica de Barcelona, y consecuentemente por ello, resulta incomprensible que la ciudad no haya rendido homenaje a un arquitecto que ha hecho que Barcelona sea conocida en todo el planeta. Gaudí tiene una pequeña estatua de bronce a tamaño real, ubicada en el Portal Miralles de Sarrià, obra del escultor Jaume Camps, que antes de ser colocada en su ubicación actual en el año 2000, estuvo unos días frente al templo de la Sagrada Familia, y eso es todo.

Sin entrar en polémicas, es difícil entender por qué la administración no ha promovido un gran monumento en su honor, quizás mediante la creación de un concurso de ideas entre artistas y arquitectos, que sirva de un homenaje patente a su persona. Un monumento que podría situarse en la plaza de la Sagrada Familia, frente a su gran obra, en agradecimiento a un arquitecto al que la ciudad tanto le debe. Esto contribuiría a mostrar cierto tipo de reconocimiento hacia su figura, como ocurre con otros personajes ilustres en la ciudad. Realmente hace pensar que, en ocasiones, sea cierto el dicho de que la obra supera al autor, dejando a este último de lado.

Mayo 2025